Roberto Merino Presidente de la Sociedad Cooperativa Radio Taxi
Hace ya unas semanas que la Sociedad Cooperativa Radio Taxi (983 291411) y la Agrupación de Radio Teléfono (983 207755) comparten sede en la Avenida del Euro, aunque la unión no será una realidad hasta el mes que viene, cuando se solucionen diversos problemas técnicos relacionados con el sistema de gestión de flotas, basado en la tecnología GPS. El presidente de la primera y mayoritaria, y principal artífice de la fusión, Roberto Merino, está convencido de que el pedregoso camino de la crisis se hará menos duro si se recorre en equipo.
-Aseguran que en el 2009 descendió el 40% el número de viajeros, ¿no están exagerando?
-No, los números hablan. Si saco un listado del 2007 y lo comparo con el del 2009, está claro que el movimiento es mucho menor. La gente tiene que recortar gastos, y el taxi no es imprescindible.
-El Ayuntamiento ha congelado las tarifas. Menos carreras, menos ingresos... ¿Cómo van a sobrevivir?
-Haciendo más horas. Los taxistas necesitaríamos días de 36 horas.
-¿La fusión servirá de algo?
-Colaborará. Las cuotas se han reducido y los taxistas vamos a hacer menos recorridos en vacío que antes. Si yo llego a Covaresa y no hay nadie, el primer cliente que llame va a ser para mi.
-¿Por qué han necesitado 14 años y varios intentos antes de decidirse si las ventajas eran evidentes?
-Ha sido necesario que las juntas directivas de ambas asociaciones y sus presidentes, Antonio San José y yo, tuviéramos la voluntad firme de llevar a buen puerto la fusión.
-¿La crisis también ha sido determinante?
-Sin duda. Ha hecho que muchos se dieran cuenta de los beneficios de la fusión. Por otro lado, ha habido que esperar a que la cooperativa estuviera preparada para soportar una flota de 400 vehículos. Ahora somos más de 500 -hace tres años que soportamos también la gestión de Radio Taxi de Palencia- y estamos haciendo los necesarios ajustes.
-¿Con qué ventajas y novedades se topará el usuario?
-El usuario se va a encontrar con un servicio más rápido, porque siempre le atenderá el coche más cercano, y con mejor cobertura. Sin embargo, todavía estamos pendientes de cuestiones técnicas y de que el Ayuntamiento nos conceda alguna parada como la del Monasterio del Prado.
-Dicen que al cliente del taxi cuesta mucho ganarlo y muy poco perderlo.
-Es cierto. Un cliente habitual es difícil conseguirlo y, en cambio, un mal servicio puede ser fatal. Estoy convencido de que los problemas van a ser menos estando todos juntos y eso, el cliente, lo va a notar.
-Medio centenar de profesionales estaba en contra de la fusión, ¿ya se han convencido?
-Ocho compañeros han decidido quedarse fuera y los demás han optado por aceptar lo que el pasado junio decidió la mayoría.
-¿Se han superado las eternas rencillas entre los conductores de ambas asociaciones?
-Sigue habiéndolas en algunos casos. Ese enfrentamiento que no permitió la fusión en las anteriores ocasiones todavía está latente, pero el tiempo cura todas las heridas.
-Compartirán sede y tecnologías, pero mantendrán los diferentes números de teléfono ¿Por qué y hasta cuándo?
-Se mantendrán siempre. Llevamos treinta años haciendo una publicidad que ahora no tiene sentido echar por tierra. ¿Por qué obligar al usuario a aprenderse otro número de teléfono si ya se sabe uno?
-¿No se corre el riesgo de que manteniendo los números se mantengan las diferencias?
-No. Las llamadas serán atendidas por las mismas personas y los servicios se repartirán por igual entre todos los coches.
-¿Se sabía usted de memoria el de la competencia?
-Por supuesto. Hace años yo pertenecía a la agrupación.
-466 taxis en una ciudad como Valladolid, ¿son pocos o muchos?
-Son muchísimos, y más en los tiempo que vivimos, pero el Ayuntamiento dio 20 nuevas licencias en el 2009.
-¿Qué previsiones hay para éste?
-Si se dan más licencias tendrán que quitar zona azul, porque ya no cabemos en las paradas.
-¿Se cogen menos taxis por la crisis o por las obras?
-Las obras nos han hecho polvo. Son perjudiciales para el cliente, pero a nosotros nos afectan en dos sentidos: porque el usuario tiene más reticencias a la hora de llamar a un taxi y porque tardamos mucho más en llegar a los sitios.
-¿Se les pide asesoramiento desde el servicio de Urbanismo a la hora de planificarlas?
-No. ¿A quién se lo van a pedir: al taxista de a pie?
-A usted, por ejemplo. No dejan de ser quienes mejor conocen las calles y el tráfico.
-El problema es que en Valladolid hay cinco asociaciones que sólo representan al 15% del sector. Yo, como presidente de una cooperativa, no soy un interlocutor válido.
-¿La estación de tren continúa siendo uno de sus principales reivindicaciones?
-Sin duda. El Ayuntamiento no puede hacer nada, porque es terreno de Renfe y ésta no adopta la medida drástica de dar preferencia al servicio público. Muchas veces hay gente esperando en la parada y nosotros no podemos entrar.
-¿Ha logrado ya aprenderse las calles de Villa del Prado?
-¿Los monasterios? No, eso es imposible. Tengo puntos de referencia, pero nada más. Tampoco me sé las Villas de Paula López.
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