- Concentración de taxistas, ayer por la mañana, ante la sede del IMT. Foto: GUILLERMO MOLINER
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA
El sector del taxi es uno de los más atomizados de todo el espectro laboral. Quizás por eso, porque la endémica división de sindicatos y organizaciones ha ralentizado el avance del colectivo, la propuesta que ayer lanzaron un grupo de taxistas sorprende, no tanto por su contenido, sino por su formato y modo de presentarse. Unos 300 profesionales, sin el amparo de ninguna sigla concreta, se personaron ante las oficinas del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT) para proponer un sistema de turnos de mañana y tarde que ayude a reducir la superpoblada flota de taxis de Barcelona. Una cosa es protestar y otra muy distinta, la de ayer, quejarse con alternativas.BARCELONA
«El sector está hecho unos zorros, no llegamos ni a cubrir los gastos porque la recaudación ha bajado cerca del 50% en solo dos años», explicaba ayer Ignacio Portalo, presidente de la Cooperativa Radio-Taxi Metropolitano de Barcelona. Basta con aportar una cifra para empatizar con su preocupación: el ratio ideal de taxis es de 2,5 por cada mil habitantes y la capital catalana dispone de 3,7. Si añadimos los 2.600 vehículos que realizan doble turno, la cifra supera el 4,5. Para evitar lo que consideran una «oferta desmesurada en tiempos de crisis», los taxistas plantean que las licencias pares trabajen de 6.00 a 14.30 horas durante los meses impares y que las licencias impares hagan lo propio entre las 13.30 y las 22.00 horas, con alternancia de horario los meses pares. A partir de las diez de la noche y hasta las seis de la mañana, podría trabajar todo el que no tuviera fiesta ese día. De este modo, según la propuesta presentada al gerente del IMT, Miguel Ángel Martín, se conseguiría pasar del 80% a solo el 40% de la flota (unos 10.500 taxis en total) trabajando a la vez.
PREDISPOSICIÓN / La Administración es consciente de que el taxi pasa por tiempos aciagos. «No hay más que ver lo llenas que están las paradas de la ciudad», argumentó Portalo. Martín recibió ayer a varios representantes de la concentración y les invitó a mantener una reunión el viernes para discutir la propuesta. «Debemos ser capaces de encontrar el equilibrio entre la rentabilidad del sector y la calidad del servicio», aseguraba el gerente del IMT, consciente de que «la unanimidad del taxi» es algo «casi imposible» de conseguir.
El IMT, según avanzo Martín, valorará la posibilidad de aplicar «medidas temporales en los meses de menor demanda» para aliviar el bajón que vive el colectivo, pero en ningún caso se plantea alcanzar acuerdos perpetuos. Los taxistas, por su parte, esperan que su propuesta logre «poner trabas al doble turno» y, de paso, que el taxi vuelva a ser un negocio rentable y de prestigio.
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