La reforma del tramo entre Riera Blanca y la estación de Sants se desencalla
La calle Antoni Capmany se urbaniza y se derriba el muro que separa las vías | La losa se cubrirá con árboles y una gran diversidad de plantas que llegarán a la calle
Tras años de permanecer en vía muerta - tres años de larga espera-, la cobertura del corredor ferroviario entre Riera Blanca y la estación de Sants parece que por fin se desencalla. Esta semana ha sido definitiva para que el proyecto que debe transformar esta cicatriz en un paseo verde de 700 metros de longitud avance. El pasado martes concluyó el periodo de exposición pública del proyecto de urbanización, requisito indispensable antes de que puedan iniciarse los trabajos. Al día siguiente la comisión de Gobierno aprobó destinar una primera inversión para esta obra de 5,6 millones de euros procedentes del Fondo Estatal para la Ocupación y la Sostenibilidad Local. Todo indica que la transformación de la actual playa de vías en un jardín empezará antes de la primavera y podría concluir en el 2012.
Una parte de las obras ya se ejecutaron con la construcción del túnel del AVE, con la cobertura de las vías del metro, situadas en el lado mar, y la remodelación de la estación de Mercat Nou. También se han adecuado los pasos de peatones de Badal y de la riera de Tena. En esta segunda fase se creará una plataforma sobre la actual playa de vías convencionales. Unos trabajos que afectarán a la circulación de trenes que entran o salen de Sants. Por eso, se ha previsto concentrarlos durante un mes de menor circulación ferroviaria. Después se iniciarán las obras de urbanización y transformación del corredor en un paseo verde con accesos mecánicos y rampas. En total, se transformarán 54.000 metros cuadrados - unos ocho campos de fútbol-con una inversión de 32 millones.
El cajón de Sants, así lo llaman los vecinos del entorno, enlazará con el soterramiento de la línea de Vilanova a su paso por l´Hospitalet, cuyas obras se iniciarán a finales de año, y, más adelante, con el de de la línea de Vilafranca. La operación permitirá ganar grandes espacios públicos tanto para Barcelona como para la ciudad vecina, creando un enorme eje verde donde ahora hay una gran herida urbana. De hecho, la intención de los dos Ayuntamientos es la de plantar encima de la cubierta un gran jardín con árboles y gran diversidad de plantas que llegarán hasta pie de calle. En el caso de l''Hospitalet este nuevo paseo llegará hasta Bellvitge. La obra en esta zona está previsto que se ejecute en el plazo de cinco o seis años.
Uno de los principales inconvenientes de la futura plataforma es que en determinados puntos tiene una altura de diez metros, ya que la losa debe construirse por encima de la actual catenaria de las vías del tren. Este desnivel se intentará salvar mediante la construcción de rampas, escaleras mecánicas y ascensores que permitirán el acceso a peatones a la parte superior, así como cruzar de un lado a otro. Con todo, la urbanización no se circunscribe únicamente a la playa de vías. Las zonas anexas al corredor ferroviario también se verán beneficiadas de estas mejoras. También la calle Antoni Capmany sufrirá una sustancial transformación, está previsto aprovechar todo el espacio libre para dar más amplitud a esta vía tradicionalmente ahogada por el paso de los trenes. También se liberarán algunas áreas que ahora están ocupadas actualmente por instalaciones ferroviarias del metro - ubicadas en el lado mar-que han de ser desmanteladas. Mientras que en el lado montaña se aprovechará el pasillo ferroviario después de la eliminación de dos de las seis vías existentes para crear en este espacio resultante "una gran avenida transitable perfectamente integrada en el entorno urbano", asegura el proyecto. Para garantizar esta liberación de espacio y a causa, precisamente, de la eliminación de estas dos vías del corredor de Renfe, el plan que se encuentra en las dependencias de Urbanismo prevé la demolición del muro de contención actual, situado en el lado montaña de Antoni Capmany que genera un gran impacto visual.
La gran plataforma que cubrirá las vías está formada por dos cubiertas. Una de ellas corresponde a la cobertura del metro, que ya está construida, y la otra que cubrirá las vías convencionales de Renfe. Ambas están situadas a diferente altura y apoyadas sobre un muro central que separará las dos áreas. Esta pared en un punto del trazado se disocia en dos muros, formando un triángulo abierto hacia Riera Blanca.
Los laterales del cajón se resuelven con un muro diagonalizado de hormigón prefabricado en gran parte de la fachada a ambos lados de la calle Capmany. En el ámbito de Riera de Tena y Riera Blanca dicha estructura será una viga en celosía. Los espacios triangulares de estas celosías se cerrarán con vidrios transparentes o traslúcidos, con objeto de evitar barreras visuales en ciertas zonas coincidentes y que desde la calle se tenga la sensación del paso de trenes aunque sólo sea por las estelas de sus coloreadas volumetrías durante el día y las de las luces de sus faros y ventanillas durante la noche.
El presupuesto de la obra es de 26,5 millones de euros. Según el proyecto, esta cantidad servirá para los materiales y ejecución de la contrata. Sin embargo, el presupuesto global añade 5,6 millones de euros en concepto de "afectaciones por el corte del servicio ferroviario". En este bloque se prevé la creación de instalaciones durante el mes que se paralice el transporte ferroviario con el fin de construir la losa de hormigón y pagar "obra mecánica por los servicios afectados". Por lo pronto, este proyecto ya se ha asegurado 5,6 millones, la cantidad máxima que otorga el fondo estatal para la ocupación y la sostenibilidad, el segundo plan Zapatero, para obras que deben ejecutarse a partir de marzo.
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