Somos un amplio colectivo el formado por trabajadores que finalizan su jornada laboral a las 22.00 horas. Noche tras noche nos vemos relegados a la condición de ciudadanos de segunda categoría, olvidados en los andenes de metro de esta ciudad con teóricas pretensiones de modernidad, pero de actitudes y realidades más vinculadas a una España de años pasados.
Resulta insultante comprobar el continuo ejercicio de manipulación realizado a través de los relojes trampa situados en los andenes, que, cada noche, retrasan la hora de llegada a nuestras casas. Señores de TMB: ya va siendo hora de aplicar, de una vez por todas, el principio de transparencia, como su obligación que es, y también un derecho que a los ciudadanos corresponde.
Sus consignas de civismo repetidas de forma constante por megafonía las conocemos perfectamente. Comiencen a aplicárselas ustedes. "Vigila, TMB espera una distracción para apropiarse de aquello que no le pertenece: Tu tiempo".
Resulta insultante comprobar el continuo ejercicio de manipulación realizado a través de los relojes trampa situados en los andenes, que, cada noche, retrasan la hora de llegada a nuestras casas. Señores de TMB: ya va siendo hora de aplicar, de una vez por todas, el principio de transparencia, como su obligación que es, y también un derecho que a los ciudadanos corresponde.
Sus consignas de civismo repetidas de forma constante por megafonía las conocemos perfectamente. Comiencen a aplicárselas ustedes. "Vigila, TMB espera una distracción para apropiarse de aquello que no le pertenece: Tu tiempo".
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