miércoles, 2 de diciembre de 2009
El metro no se detendrá para que avance el convenio
SEVILLA- «Todo está preparado por si la negociación no da sus frutos». Con esta contundente declaración de intenciones se expresaba ayer el presidente del comité de empresa de Metro de Sevilla, Ángel Florindo, sobre las «medidas de presión» que preparan. La huelga sobrevoló las dos asambleas celebradas –en sesiones de mañana y tarde para que todos los trabajadores pudieran asistir–, pero no como opción inmediata, ya que las protestas, cuando lleguen, lo harán «de forma muy progresiva». «Empezaríamos con algo muy 'light' porque entendemos que los viajeros también son trabajadores y no tienen por qué verse afectados», explicó Florindo. Los primeros «toques de atención» tampoco entorpecerán el transcurso de la Línea 1, por lo que barajan «repartir pasquines entre los usuarios o hacer movilizaciones con el personal que esté de descanso». Si tras esos primeros pasos, la empresa no reacciona, «va a estar todo preparado para endurecer las medidas». La cercanía de la Navidad había disparado las alarmas sobre un inminente paro. Aunque de momento los empleados se muestran cautos y aguardarán a que se produzcan los primeros contactos en el marco de la negociación del convenio colectivo. Ésa es la única traba que han encontrado para no movilizarse de inmediato. «Si no tuviéramos por delante el convenio, las medidas de presión serían ya», aseguran. Aunque hay otro motivo para «aparcar» la huelga: «Hacerla no te sale gratis, porque no sólo son la empresa y el viajero los que se ven perjudicados, nosotros también. Pero vamos a pelear». La primera reunión para acercar posturas será el 16 de diciembre. No obstante, Florindo reconoce que el aplazamiento es, sobre todo, «Si tuviéramos fe en que esto fuera a cambiar, la asamblea no tendría mucho sentido. Se le han pedido cosas muy básicas a la empresa y se ha negado siempre». Tan básicas como disponer de agua para beber en las estaciones y otras de mayor complejidad como eliminar los turnos partidos y las jornadas de 12 horas en Semana Santa y Feria. Además, exigen una subida salarial del 10% a la que, aseguran, la dirección se había comprometido verbalmente, y será a priori el principal escollo a sortear. Las negociaciones se presentan duras y, de hecho, desde el propio comité advierten de que «no vamos a renunciar a nada». Hasta que se apruebe el texto específico, los trabajadores están amparados por el convenio sectorial del transporte interurbano.
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