La mejora se atribuye a la renovación de la flota y al fin de las obras al sur de BCN. La puntualidad, que alcanza el 98%, se recupera por primera vez desde el 2005
Todo depende de la suerte que uno haya tenido. La desgracia o no de haber tropezado con cierta asiduidad con las averías de Cercanías. Esa experiencia es la que lleva a emitir uno u otro juicio a la hora de evaluar cómo funcionan los trenes en Barcelona. No obstante, hay otros datos, mucho más fieles, que radiografían la situación. Y esos índices sí hablan de mejoras en la red.
Entre agosto del 2008 y el pasado mes de julio, Cercanías ha sufrido un 25% menos de contratiempos graves que en el mismo periodo del 2007 al 2008, según ha revelado a este diario el director del servicio, Miguel Ángel Remacha. «Estamos satisfechos de la evolución porque este descenso de los problemas nos permite trabajar mejor, con menos presión», confiesa.
Por ejemplo, el pasado mes de agosto hubo solo tres incidencias, una de ellas un arrollamiento. Renfe incluye un percance en esta lista cuando afecta a un volumen importante de usuarios. Aunque no sea atribuible directamente a la compañía, como muchas veces sucede con los atropellos.
MENOS FALLOS MECÁNICOS
Remacha atribuye el descenso de una cuarta parte de las incidencias principalmente al final de las obras de llegada del AVE por el sur de Barcelona. La sobresaltada ejecución de esos trabajos, principalmente por los socavones que se abrieron en Bellvitge, disparó la estadística negativa de Cercanías. Su director cree también que la incorporación de nuevos trenes ha redundado en el descenso de los fallos mecánicos de la flota y, por lo tanto, en un funcionamiento más fiable.
Otro de los índices que blande el responsable de la cuestionada red barcelonesa es el índice de puntualidad, que desde el 2005 no dejaba de perder enteros. Del 95,1% de ese año se ha llegado al 98,03% actual. Y eso que en el 2007 –sin tener en cuenta el problema de Bellvitge– se desplomó hasta el 91,7%. En ese momento, casi uno de cada 10 trenes llegaba tarde a su destino.
No obstante, para usuarios reticentes con las cifras positivas de puntualidad, hay que tener en cuenta que Renfe considera que un convoy ha llegado a tiempo siempre y cuando lo haga dentro de los tres minutos siguientes a lo que marca la tabla horaria y la pantalla.
La asociación Promoció del Transport Públic (PTP) no es tan optimista. Considera que esta cifra responde a que «no se podía empeorar más», según declara su presidente, Ricard Riol. «Cercanías ha estado abandonado durante demasiados años y los problemas que acarrea son crónicos», analiza. Una de las recetas que propone la PTP es que se mejore la señalización en el interior de los túneles de la capital catalana. «Están haciendo pasar un tren cada dos minutos en una galería que es una cloaca», sostiene Ricard Riol.
El director de Cercanías admite que otra de las formas de mejorar el servicio es modernizar esa señalización. «Cambiando el sistema actual podríamos asumir un 30% más de servicios por hora, además de que sería mucho más fiable», responde Miguel Ángel Remacha.
MEJORA DE LA INFORMACIÓN
Una de las cosas que sí aprendieron los responsables de Renfe y los ejecutores de las obras, Adif, durante el caos del 2007 fue que la información debía mejorar. A pesar de que en momentos de crisis siguen cosechando críticas de los usuarios (como ayer), también es cierto que en las interrupciones programadas con cierto tiempo han sido capaces de explicar mejor qué se va a encontrar el cliente.
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