Además de los inconvenientes que, siempre según los taxistas, plantea el nuevo reglamento, existe malestar por la situación de las paradas de taxi en la ciudad de Santander.
La queja fundamental va dirigida a las obras que en los últimos meses han modificado el centro de la ciudad. «Estamos en conversaciones con el Ayuntamiento para reorganizar las paradas que nos han quitado por las obras», dice Andoni, quien también criticó la supresión de «dos o tres paradas buenas» en el centro de Santander. «Nos han ofrecido cinco o seis cosas y hemos elegido la que hemos considerado que es la menos mala, pero eso no significa que sea buena», añadió.
«Queremos hacer hincapié en que ahora mismo no tenemos parada en Amós de Escalante ni en Valdecilla Norte. Sales del hospital a las diez de la noche y si no tienes buena combinación de autobuses te tienes que ir andando, pues no hay taxis», explicó.
Otro conflicto se sitúa en la parada de Renfe: «Hemos hablado con ellos para que nos trasladen la parada a la puerta principal para evitar que los viajeros tengan que mojarse y cargar con las maletas al salir del tren».
Además, los taxistas se quejan de la estación de autobuses. «Se colapsa muy fácilmente. Pedimos que se cambie de dirección la calle Méndez Núñez, para que podamos salir por ahí hacia la calle Isabel II. Además hemos pedido desplazar un poco la zona de minusválidos para poder aumentar el tamaño de esa parada, que es demasiado pequeña», señaló Andoni.
En un informe detallado que han presentado al Ayuntamiento, solicitan, además, «la señalización de las paradas con línea amarilla para impedir el estacionamiento de vehículos».
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