domingo, 19 de julio de 2009

El tortuoso túnel del AVE hasta Sants aplaza al 2010 el cubrimiento de vías


BCN deberá adaptar a los muros de Adif el plan del cajón de 800 metros que se apoyará en la galería
El ayuntamiento pacta con Renfe el efecto de una obra que creará un parque y una rambla elevados

El cajón de hormigón que cubre las vías de la L-1 del metro en Sants a la altura de la Riera de Tena, el viernes. Foto: ALBERT BERTRÁN
El cajón de hormigón que cubre las vías de la L-1 del metro en Sants a la altura de la Riera de Tena, el viernes. Foto: ALBERT BERTRÁN
RAMON COMORERA
BARCELONA

El acelerado, y muy accidentado, último año de obras del AVE entre L’Hospitalet y Sants (hasta febrero del 2008) ha dado paso a su contrario: la marcha lenta del principal proyecto que acompañaba la llegada del supertren y que debía compensar su impacto con una mejora para todo el distrito. Se trata de la cobertura de las cuatro vías de las líneas de Renfe con un cajón de hormigón encima del cual se crearán una zona verde y una rambla de 800 metros. En esta ralentización se han conjurado dos hechos. Primero, el bajón, no reconocido pero real, del inicio de nuevas inversiones por la crisis. Segundo, los condicionantes técnicos dejados por la tortuosa construcción de la galería de la alta velocidad en un subsuelo difícil y sobre cuyos muros debe apoyarse ahora la estructura que esconderá el secular dogal ferroviario.
La realidad es que mientras bajo tierra hace un año y medio que circulan por una infraestructura ultramoderna miles de trenes de alta velocidad, en la superficie las cosas siguen igual en unas vías que usan a diario cientos de convoyes de Cercanías y de media y larga distancia. El Ayuntamiento de Barcelona, administración que a través de Bimsa debe realizar las dos partes del cubrimiento del corredor según el reparto institucional pactado en el 2002, solo ha completado el cajón que tapa los raíles del trazado paralelo (lado mar) de la L-1 del metro, como se detalla en la página siguiente.
El proyecto constructivo de la segunda obra sobre las vías (lado montaña) que utiliza Renfe se está ajustando ahora a las complejas características de los muros y bóveda subterráneos creados por Adif. De este modo, el posible inicio de los trabajos ha saltado ya al 2010, con plazos que van de los dos años solo para el cajón, a los cuatro si se incluye la urbanización del nuevo espacio público.

UNA DÉCADA DE TRABAJOS / Un ejemplo muestra que esta adaptación no es tarea fácil. La construcción de la galería de la alta velocidad bajo la Ronda del Mig, en la rambla de Badal, constituyó casi una epopeya, según reconocieron en su momento técnicos vinculados a la obra. Fueron necesarias inyecciones masivas de cemento a gran profundidad para consolidar un terreno con inquietantes bolsas de baja consistencia. La excavación se hizo en mina, a mano y con avances que se medían hasta por centímetros.
El barrio de Sants, desde la Riera Blanca hasta la estación central, pasando por Badal y Riera de Tena, registró las primeras actuaciones relacionadas con el AVE en el 2004. Desde entonces ha sufrido ya un quinquenio de obras. Si se cumplen los nuevos plazos, cuando llegue el 2014 se alcanzará la primera década con muchas zonas patas arriba.
La traumática construcción, con averías muy frecuentes y efectos a gran escala entre el 2006 y el 2008, del túnel del AVE en un corredor como el de Sants con tanto tráfico y tan estratégico en la red metropolitana, obliga a prever y evitar cualquier incidencia de los nuevos trabajos en la circulación de trenes. Por esta razón, Bimsa mantiene una compleja negociación con Renfe con el fin de realizar de noche, en días o periodos festivos o bien durante el verano, las obras y cortes de más impacto.

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