• Dirigentes del sector acusan de "chulería" al gerente del organismo público
• El instituto municipal pone en marcha unas medidas que el gremio aún no ha aprobado
- Un hilera de taxis libres espera para encochar nuevos clientes en la parada de la plaza de Catalunya, el miércoles. Foto: RICARD CUGAT
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA
Al taxi se le agota la paciencia. Está harto de ver cómo la crisis económica le arrebata más del 20% de los ingresos. Está cansado de la mala relación con el Instituto Metropolitano del Taxi (IMT). Reclama un diálogo sincero y verdadero. Pide algo de empatía y esfuerzo público. Pero si consume toda opción de discusión y debate, si no hay predisposición municipal real, el taxi amenaza con movilizarse, con lo que supone que 10.500 vehículos negros y amarillos se pongan de acuerdo para, por ejemplo, colapsar la ciudad o dejar el aeropuerto sin servicio.BARCELONA
Subir, dar un destino, hablar del tiempo y de fútbol, llegar, pagar y adiós muy buenas es solo la fachada de este mundo que evoluciona con la pasión de los que lo forman. Una entrega, la de los taxistas, que contrasta con la atomización del sector, lleno de organizaciones que han caminado siempre por senderos separados y que ahora, gracias y por culpa de la coyuntura económica, empiezan a hablar un mismo idioma.
Una docena de colectivos --entre empresarios, autónomos y asalariados metropolitanos-- enviaron a mediados de marzo al IMT 24 medidas para que el taxi deje de lado el pasado y se pueda centrar en el futuro. Según José María Goñi, secretario general de la Federación Catalana del Taxi (FCT), este redactado representa "al 80% de los taxistas de Barcelona" y recoge un conjunto de ideas con un objetivo muy transparente: "conseguir que los costes de producción sean más baratos para poder empezar a bajar las tarifas".
CON O SIN CONSENSO
La respuesta del IMT ha dejado fríos a los taxistas: un folio con fecha de 21 de abril que incluye siete iniciativas que este organismo, según avanza su gerente, Miguel Ángel Martín, empezará a aplicar el 1 de junio a pesar de no haber obtenido respuesta alguna del sector. O sea, un proyecto para mejorar el taxi, pero sin implicar al taxi.
Según Goñi, esta actitud no es más que "un reflejo del desgobierno que vive el IMT" y apunta que si no se han posicionado es porque primero han querido hablar con todos los grupos políticos para marcar la estrategia a seguir. Además, denuncia la "chulería y prepotencia con la que actúa el gerente de la entidad, que solo se ha preocupado de dividir al sector y enfrentar a sus líderes sindicales". Dado el carácter unilateral del plan del IMT, la FCT da por "rota la mesa de negociación" y confía en que la reunión con el presidente del ente y concejal de Movilidad, Francesc Narváez, el próximo día 27, calme la tormenta aunque siga lloviendo. La Federació Catalana del Taxi, eso sí, no descarta "recurrir a cuantas acciones de fuerza sean necesarias" para obligar a la autoridad a volver a sentarse a negociar.
RESPUESTA "INSUFICIENTE"
Luis Berbel, secretario general del Sindicato del Taxi de Catalunya (Stac) --organismo que también mandó al IMT, junto a la Asociación Taxistas Autónomos de Catalunya, su propio plan de mejoras-- considera que la respuesta del ente regulador "es insuficiente, no sirve de mucho y no expone lo que realmente reclama el sector". La clave, según Berbel, es combatir "la sobreoferta de taxis que padece Barcelona" y lamenta que el IMT "se aproveche de la división del gremio" para imponer su fórmula. El dirigente del STAC evita hablar de movilizaciones concretas pero asegura que si existe un sentimiento general favorable, también saldrán a la calle para salvaguardar la dignidad del taxi.
A pesar de lo tenso de la situación, Martín considera que la comunicación con las organizaciones del gremio es "bastante fluida" y que todavía "queda mucho por hablar". El gerente del IMT respeta la posibilidad de que los taxistas salgan a la calle, pero les insta a "buscar otras vías para exponer sus reivindicaciones" para mejorar el sector.
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