Israel ha anunciado su intención de construir un ferrocarril entre el Mar Rojo y el Mediterráneo para evitar el canal de Suez. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu explicó la semana pasada que el proyecto ha suscitado "un gran interés" entre los principales exportadores de la India y China.
El proyecto pretende unir Eilat, en el Mar Rojo con Ashod, en el Mediterráneo, situado a unos 30 kilómetros al sur de Tel Aviv Desde este puerto, las mercancías se distribuirían por el Mediterráneo. En total 350 kilómetros de recorrido y unos dos millones de euros de presupuesto.
El proyecto debe todavía aprobarse oficialmente y asegurarse la financiación, aunque ya se ha apuntado desde el Gobierno israelí que China está dispuesta a asociarse con el país para cofinanciar el proyecto. El Gobierno se ha comprometido a presentar en tres meses cómo y con quien se financirá el ferrocarril. Además de la financiación y de la aprobación final por parte del Ejecutivo, tampoco se han dado cifras sobre el volumen de mercancías que esta infraestructura podría atraer.
Netanyahu, padrino del proyecto
"La creación de esta línea es de importancia estratégica, tanto a nivel nacional e internacional", afirmó Netanyahu ante la prensa hace unos días. La prensa del país ha destacado que, además de un interés económico, el proyecto esconde una necesidad de seguridad ante la inestabilidad en Egipto y el ascenso de los partidos islamistas en la región.
El pasado año, el Canal de Suez absorbió el 8% del comercio marítimo mundial y las perspectivas van en aumento por lo que no es de extrañar que Israel quiera ocupar una buena posición en esta ruta construyendo una alternativa al actual paso marítimo. No es la primera vez que el primer ministro israelí confiesa su intención de convertir Israel en el Singapur del Mediterráneo.

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