El pasado tres de junio una potente grúa sacó de las vías de la antigua estación de Gijón-Jovellanos a la locomotora 277-047.
Cedida al Museo del Ferrocarril de Asturias, en Gijón, se convierte en la locomotora más grande de su colección y el ejemplo
de la más relevante máquina de la tracción eléctrica en Asturias desde mediados de los 50 hasta los años 80. Inmediatamente
se iniciarán los trabajos de rehabilitación estética por parte del museo.
La espectacular operación de levante de las vías de Jovellanos de la locomotora de Renfe 7747, uno de los pocos
ejemplares de la serie 7700 supervivientes, ha sido la primera fase de la recuperación estética de la máquina para
su integración en la colección del museo del ferrocarril gijonés. El inicio de las operaciones de derribo de la estacíón
de Gijón-Jovellanos en el marco de la remodelación del conjunto ferroviario de esta ciudad asturiana, donde estaba
varada desde el año 1994, ha forzado el momento del traslado definitivo a las vías del museo.
La locomotora "Renfe 7747" fue cedida en 1994 por Renfe al Ayuntamiento de Gijón, a través de la Fundación de los
Ferrocarriles Españoles, en el marco de los convenios suscritos en su día por las tres entidades para dotación de
colección del Museo del Ferrocarril de Asturias.
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Vías donde estaba estacionada esta histórica locomotora hasta su traslado. |
La unidad, que había sido retirada de servicio poco antes, fue
entregada finalmente gracias también a los buenos oficios de
ferroviarios de Renfe y de la Asociación de Amigos del Ferrocarril
de León que contribuyeron a la selección, acondicionamiento inicial
y traslado de la máquina a Gijón, a donde llegó el 31 de diciembre
de 1994.
Quedó estacionada en una de las vías de la estación de Gijón-Jovellanos,
donde con la colaboración de los Amigos del Ferrocarril de Gijón se
mantuvo operativa durante un tiempo subiendo pantógrafos con
regularidad. Posteriormente, al ser traslada a una vía sin catenaria,
quedó definitivamente sin tensión.
Como por razones operativas no era posible efectuar tareas de
mantenimiento exterior, ni resultaba factible su traslado a otra
localización por vía, su aspecto estético se fue deteriorando. Sí que
se puede asegurar, sin embargo, que a pesar de las apariencias,
no padeció patologías de importancia, reduciéndose éstas a la pintura exterior, desperfectos localizados por corrosión
que afectan a zonas específicas.
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Levante de la locomotora, ya sin bogíes |
De esta manera, la locomotora está prácticamente completa en todos sus elementos, interiores y exteriores, gracias
a que, en estos ya casi diecisiete años en Gijón, siempre se ha custodiado de la mejor manera posible dadas las circunstancias, estacionada en una vía ubicada en las inmediaciones de la Comisaría de la Policía Nacional Gijón, que permitió su vigilancia.
La operación del traslado
Una vez desafectada la estación de Jovellanos y levantada la catenaria de misma como consecuencia del plan de vía
que se ejecuta en la cuidad, a lo largo de los últimos días de mayo de 2011 el equipo técnico del Museo de Gijón pudo efectuar un cuidadoso desmontaje de los elementos que unían los bogíes con la caja, desembornando todo el cableado, soltando mangas de aire, bulones, pasadores, etcétera, de tal manera que todo pudiera volver a ser montado de nuevo
sin problema alguno.
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Los bogies esperan en Jovellanos su traslado a museo |
El pasado miércoles día 1 de junio, por medio de grúas de remolque,
y previa preparación de unos acceso específicos para ellas sobre las
vías ya fuera de servicio, gracias a la colaboración de las entidades
que se encargan del derribo de la estación de Gijón-Jovellanos, se desplazó la locomotora de la vía del autoexpreso a la vía del muelle,
donde se había previsto su carga.
El día 2 se procedió al desmontaje de la locomotora en tres partes
(caja y dos bogíes) para que su traslado fuera factible, ya que el gran
peso de la unidad, (122 toneladas) impedía su transporte de una
pieza por carretera y el Museo de Asturias carece de conexión
ferroviaria. Aún así, ha habido que emplear un remolque especial
con ruedas dirigibles, dos góndolas para los bogíes, dos camiones
de apoyo para estrobos, contrapesos y balancines y, finalmente,
una grúa pesada apta para carga de trecientas toneladas, en una
operación que precisó una cuidadosa logística.
El día 3, finalmente, ha quedado estacionada en la vía II del taller de restauración del Museo para efectuar lo antes
posible los primeros trabajos de saneamiento exterior y protección pasiva, previos a su restauración y posterior
exposición para que esta verdadera joya de nuestro ferrocarril podrá ser disfrutada exterior e interiormente por quien
se acerque al Museo del Ferrocarril de Asturias.
Aunque está pendiente de efectuarse la ficha de restauración definitiva, como primera opción se baraja la de recuperar
el último aspecto de la máquina, es decir, verde con raya amarilla, entre otras cosas, porque esta librea, aun siendo
crepuscular, resulta también muy representativa de una época del ferrocarril español y de esta serie en particular.
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Entrada de la máquina al museo |
Acople final de la locomotora sobre sus bogíes, ya en las vías del Museo del Ferrocarril de Asturias |
Las inglesas
Fabricadas por English Electric y Vulcan Foundry, fueron conocidas popularmente como las inglesas y las 75 unidades
que compusieron la serie fueron entregadas a Renfe entre los años 1952 y 1959. Con su librea verde y esa imagen
aerodinámica tan propia del moderno ferrocarril de la década de los 50, fueron un contrapunto a la legión de locomotoras
de vapor que por entonces rodaban por la red española. Su principal destino fue, en primer lugar, atender las demandas
de tracción en las fuerte rampas electrificadas a 3.000 Vde la cordillera cantábrica, siendo protagonistas así, entre otros
pasos, de la superación de los puertos de Pajares, Pozazal o las rampas de La Granja. Son locomotoras tipo Co’Co’
con una potencia de 2.208 KW y que tenían seis motores de tracción y un peso total de 120 toneladas, con una velocidad
máxima de 110 km/h. Su color verde y su alargado morro fueron la estampa habitual bajo las catenarias cantábricas
hasta su retirada en los años ochenta. Actualmente, además de esta locomotora preservada en Gijón, hay otras cuatro
locomotoras preservadas. Tres de ellas están aún en orden de marcha, una custodiada por la Asociación Leonesa de
Amigos del Ferrocarril, la 277-066, otra por la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y los Tranvías, la 277-002,
y otra por elMuseo del Ferrocarril de Galicia, en Monforte de Lemos, la 277-022. Otra más, la 277-006 también se
conserva en Monforte pero no operativa. |
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