A la hora de ubicar un microondas en la cocina existen diferentes opciones (sobre la encimera, encastrado...); una muy práctica e interesante consiste en colocarlo sobre unos soportes que nos permitirá disponer de mayor superficie libre en la encimera.
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En el mercado encontraremos una gran variedad de soportes, de diferentes colores y acabados, así que podremos elegir los más adecuados al peso del aparato y la decoración de nuestra cocina.
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Cuando ya sepamos dónde vamos a colocar el microondas, medimos y marcamos en la pared la posición de los soportes. Tendremos que tener en cuenta que el microondas debe estar lejos de aparatos que irradien calor y a unos 3 cm de los armarios superiores para que tenga una correcta ventilación.
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Ahora ya podemos marcar en la pared los puntos de fijación de los soportes, que deberán estar a nivel, teniendo en cuenta la altura y anchura del aparato, así como la distancia entre las patas.
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Con el taladro y una broca de widia, adecuada para este tipo de trabajos, perforamos los orificios en la pared e introducimos unos tacos de nailon con ayuda de un martillo.
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Atornillamos las escuadras con el taladro atornillador provisto de la punta adecuada y comprobamos que quedan sujetas y niveladas.
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Ya tenemos los soportes colocados, así que ponemos el microondas sobre ellos, asegurándonos de que queda bien asentado
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