jueves, 1 de julio de 2010

La crisis retrasa el despliegue de las marquesinas solares en Barcelona

El sistema elimina la dependencia de una farola o un semáforo para alimentarse

La EMT ha instalado dos paradas de bus autónomas después de colocar 100 postes

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / Barcelona
La energía solar es una apuesta inteligente en tiempos de crisis, pero como todo nuevo sistema, precisa de una instalación y, por tanto, de una inversión inicial. Esa inyección de dinero parece ser el principal obstáculo para que las marquesinas de bus solares empiecen a desplegarse por Barcelona. Se eliminaría la dependencia de un semáforo o una farola a la que tomarle prestada la electricidad y nacería una red de paradas, sostenibles y autónomas, cuya instalación no obligaría a abrir el suelo para pasar cables.
Marquesina alimentada con energía solar colocada en el paseo del Vall d'Hebron, el martes. joan puig
Detalle de la pantalla que informa del tiempo de espera del bus. joan puig
La Entidad Metropolitana del Transporte (EMT) ya ha instalado dos de estas paradas de bus, una en Cornellà de Llobregat, en la carretera de Esplugues, y otra en Barcelona, en el paseo de la Vall d'Hebron, cerca de la plaza de Alfonso Comín. Son, según fuentes de la EMT, «dos marquesinas experimentales con las que se podrá valorar la eficiencia del sistema». Jesús Fernández-Cavada Mochales, jefe de la sección de Información y Señalización del Transporte, confirma que estamos «ante la tecnología del futuro» y explica que el coste de instalación es «asumible porque a la larga supone un importante ahorro».
INICIO DE LA SEGUNDA FASE / La capital catalana y otros 17 municipios del área metropolitana ya disponen de 100 paradas de bus –en esto caso, postes– con alimentación solar que informan al usuario del tiempo de espera real, actualizado cada 30 segundos. Esa primera fase finalizó el pasado mes de abril, momento en el que se empezó a plantear dar el salto a las marquesinas. El problema de estas estructuras, sin embargo, es que están gestionadas por empresas privadas de explotación de publicidad en espacio públicos –Clear Channel, JC Decaux y Cemusa– que también deberían implicarse económicamente en el proyecto.
La empresa encargada del ingenio es la catalana Capmar, con sede en Ripollet. Nicolás Capablo, gerente de la compañía, confirma que el «problema económico» ha frenado la operación, aunque señala que otras ciudades, como Palma de Mallorca o Girona, ya han hecho pedidos de 40 y 20 unidades, respectivamente, que deberían estar colocadas antes de que finalice el año.
LARGA LISTA DE UTILIDADES / Las ventajas de la marquesina solar ayudan a entender por qué ciudades como Valencia o Madrid ya se han interesado por el producto. Más allá del casi nulo gasto energético, la parada no precisa de grandes obras ni zanjas subterráneas para pasar cableado. Además, según apunta Capablo, esta tecnología –que tiene un precio mínimo de 4.000 euros por unidad– permite añadir nuevos servicios para el usuario, como una pantalla «con avisos o incidencias enviados desde un centro de control» o vídeos publicitarios tanto de empresas públicas como de la administración. Habrá que esperar a que pase la crisis. Aunque después, como admite Capablo, empezará la burocracia.

No hay comentarios: