martes, 15 de junio de 2010

MEXICO. Casi lo mata el ferrocarril


  • Empleado del Municipio es embestido por la mole de acero; cae en barranco y sufre serias lesiones
    • Salva. Pedro Bustos Estrada fue “empujado” por el tren, aunque las lesiones que sufrió fueron debido a su caída a un barranco cercano a las vías. FOTOS: VANGUARDIA-MARCELINO DUÉÑEZ
“El Lobito” caminaba por en medio de las vías del tren. Su parranda dominical se prolongó pero ya se dirigía a su casa. El tren se acercaba rápidamente. El maquinista pitaba. Él no hacía caso; milagrosamente sobrevivió.
Pedro Bustos Estrada alias “El Lobo” o “El Lobito” tuvo que ser rescatado de un barranco. Terminó ahí al ser impulsado por la fuerza del ferrocarril; en el último segundo logró salirse del curso de la máquina y se salvó, pero resultó con heridas de gravedad.
Todavía intoxicado, Pedro respondía a las preguntas de los paramédicos de Cruz Roja y de Bomberos que, en conjunto, trabajaron para rescatarlo del arroyo, ubicado en las cercanías de la colonia La Minita.
“El Lobo” caminaba aproximadamente en el kilómetro 915 de las vías del ferrocarril cerca del cruce de Pedro Ampudia y periférico Luis Echeverría, al surponiente de la ciudad.
Con el aliento con olor a mezcal Pedro platicó que iba rumbo a su casa en la calle Chamizal número 142. Estuvo tomando con sus amigos y quería ir a dormir un poco antes de entrar a su trabajo como parte del equipo de Servicios Primarios.
Dionisio Morales Alvarado, operador de la máquina 4065, indicó a los oficiales de la Policía Municipal que vio al borrachín desde metros antes, bajó la velocidad e intentó frenar para detenerse, pero no podía hacerlo por completo debido a la carga que tiraba.
Morales Alvarado dio aviso por radio al personal encargado de la seguridad de los ferrocarriles.
Indicó que al momento de pasar junto a “El Lobito” los marcadores indicaban que la velocidad de la máquina era de 35 kilómetros por hora.
La falta de equilibrio provocada por la borrachera y la fuerza del aire derribaron a Pedro, ocasionando que resbalara y cayera al arroyo hasta detenerse contra un arbusto.
El accidente fue presenciado por varios de sus amigos de parranda, sin embargo ninguno aceptó haber andado con él antes del accidente por temor a ser interrogado.
Para rescatar al lesionado, los paramédicos tuvieron que hacer uso de su entrenamiento para el medio rural y, atando una soga, de un extremo a un vagón y del otro a la camilla, lograron rescatar al lesionado para trasladarlo a un hospital.
Los paramédicos comentaron que las lesiones no fueron provocadas porque hubiera tenido contacto con el tren, sino por la caída.
El lesionado presentaba traumatismo craneoencefálico y probable fractura de caja torácica.
“El Lobito” fue llevado al Hospital Universitario para ser atendido. Ayer, debido a la borrachera no le dolió el impacto; hoy, en la resaca, nadie quisiera estar en su lugar.

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