Según los últimos datos, en Zaragoza 48 taxistas han comprado vehículos que usan combustibles alternativos por ser más económicos y tener un menor gasto de mantenimiento. El uso de gas facilita una mejora rápida y efectiva de la calidad del aire, gracias a la reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno las de monóxido de carbono e hidrocarburos frente a otros carburantes. Su bajo impacto ambiental es la razón de que estos vehículos gozan de ayudas públicas (unos 2.000 euros) tanto para la adquisición como para la adaptación de un coche tradicional.
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