
Partiendo de la premisa de que los taxistas forman una parte importantísima del patrimonio de una ciudad, y que además son los que tienen un contacto más directo con el turismo, el municipio de Roma ha decidido que los choferes de taxis utilicen de ahora en más una suerte de uniforme.
De esta forma, les estarán vetadas las chanclas, los pantalones cortos, las camisas extravagantes y “la camiseta de tirantes de la que salen los pelos del pecho”, tal como explicó Maurizio Berruti, autor del proyecto de normativa y correligionario del partido de Berlusconi – Pueblo de la Libertad.
De esta forma, en el más tórrido día del verano romano veremos a los taxistas de pantalones largos, zapatos cerrados y camisas discretas, ya que según Berruti son “la tarjeta de presentación para los turistas”.
No está claro cómo regirá la norma para las mujeres que realizan esta tarea. Además, es probable que otro propósito sea mostrar a los taxistas romanos como personas serias, ya que la conducta de algunos de ellos a veces deja mucho que desear, como cuando se exceden en las tarifas en recorridas ya fijadas.
Recordemos que si se llega al aeropuerto de Fiumicino el precio es de 40 euros, maletas incluidas, mientras que desde el aeropuerto de Ciampino es de 30 euros. Además, otras veces no aplican los descuentos establecidos para mujeres que viajan solas o para personas que concurren a un hospital, del 10% luego de las 21 y hasta la 1 de la mañana.
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