El subtramo de Santa Coloma de Gramenet encara la recta final de pruebas previa a su estreno previsto para octubre. Cinco trenes automáticos sin conductor cubrirán el servicio del trayecto inicial de la línea con frecuencias de seis minutos. El primer tramo espera a 15.000 viajeros; el ramal de Badalona abrirá antes de Semana Santa y la conexión de Sagrera, en verano
Tras seis años de obras, la L9 está prácticamente lista para la puesta en servicio de su primer tramo. La tantas veces anunciada como la línea de metro más larga de Europa, abrirá este otoño, en octubre si se cumplen las últimas previsiones de la Generalitat, un trayecto de 3,9 kilómetros que discurrirá íntegramente por Santa Coloma de Gramenet. Será el comprendido entre Can Zam y Can Peixauet. La infraestructura - trenes e instalaciones-se prueban desde el pasado enero y están a punto de entrar en la fase final de ensayos previa al estreno, que incluirá la denominada marcha en blanco,la circulación de los convoyes, sin viajeros, siguiendo el horario comercial.Así las cosas, cuando reciba los primeros viajeros, la L9 figurará en el mapa del suburbano barcelonés con una primera entrega, tan sólo un destello inicial de lo que está llamada a ser: una gran parábola con dos ramales a cada extremo que enlazará las ciudades del norte del Besòs y del sur del Llobregat, Santa Coloma y Badalona con la Zona Franca y el aeropuerto cruzando Barcelona, l´Hospitalet y El Prat como si de una ronda de 47,8 kilómetros se tratase. Tendrá 52 estaciones, 20 de las cuales, intercambiadores. Todo debe estar listo en el 2014, según los últimos calendarios.
Por ahora, este otoño la L9 deberá conformarse con ser la segunda línea más corta de la red. La más pequeña seguirá siendo la L11, el metro ligero de Nou Barris, de 2,3 kilómetros. Este arranque supondrá la apertura de cinco estaciones (Can Zam, Singuerlín, Església Major, Fondo y Can Peixauet). La sexta parada del subtramo colomense - Santa Rosa-deberá esperar al menos un año para su puesta en servicio. La estación se ubica donde antes había unos edificios que tuvieron que demolerse, lo que ha demorado su construcción. Esta primera entrega de la L9 ha tenido un coste que ronda los 600 millones de euros (el último cálculo de toda la línea es de 6.500 millones).
Las pruebas avanzan sin prisas pero sin pausas. "Van muy bien", aseguró ayer el conseller Joaquim Nadal, durante una visita a la estación de Fondo junto al vicepresident Josep Lluís Carod-Rovira. Con todo, el titular de Política Teritorial i Obres Públiques no se aventuró a dar una fecha ni tan solo una aproximación, para el estreno. Los responsables del proyecto quieren tenerlo todo perfetamente ensayado antes de la inauguración. No en vano, la L9 será la primera línea de España completamente automática, sin conductor, con un sistema de guiado remoto desde el centro de control y puertas acristaladas en los andenes sincronizadas con las paradas de los convoyes.
Los ensayos suponen la circulación de los trenes cada diez minutos de acuerdo con un programa fijado por las empresas de la Generalitat Ifercat y GISA, los constructores y suministradores y TMB, operadora de la línea. Esta fase podría considerarse de premarcha en blanco y consiste en la comprobación de todos los mecanismos. Todavía no hay una fecha para el inicio de la marcha en blanco propiamente dicha, que efectuará TMB. Cuanto más probado esté todo en la actual fase, menos durará esta última.
La puesta en servicio de estos casi cuatro kilómetros iniciales mejorará la comunicación interna de Santa Coloma y su conexión con Barcelona, gracias al enlace con la L1 en Fondo. Antes de Semana Santa - hasta hace pocos meses la Generalitat hablaba de enero o febrero-se añadirá el ramal de Badalona, que comienza en Gorg y finaliza en Bon Pastor, en la ribera barcelonesa del Besòs. Además, se abrirá la conexión de esta última estación con Can Peixauet, de tal modo que se conformará una Y. El enlace con la L2 en Gorg también permitirá un mejor acceso al centro de la capital, en este caso desde Badalona, que como Santa Coloma con la L9 mejorará significativamente su sistema de transporte público. El tercer estreno, previsto para antes del verano - el último calendario oficial apuntaba a marzo o abril-,será el del tramo Bon Pastor-La Sagrera. Esta última es la nueva denominación del intercambiador de Sagrera-Meridiana, que ya recibe las líneas 1 y 5 y que en un futuro ampliará a la L4 y cercanías).
En conjunto, estas tres fases que completarán el tramo norte de la L9 suponen la apertura de 11 kilómetros de línea y otras tantas estaciones. La de Sagrera-TAV se mantendrá cerrada porque, al compartir elementos con la de alta velocidad, pendiente de ejecución, todavía no está acabada. No hay fecha para su puesta en servicio pero lo más probable es que no sea posible hasta que la gran terminal ferroviaria, al menos su estructura principal, esté lista. La inversión para estas primeras entregas de la L9 se aproxima a 1.600 millones. A medio plazo - no tanto al principio-se prevén cambios en la forma de desplazarse de buena parte de los barrios de ambos lados del Besòs. La previsión inicial es que 15.000 personas la usen diariamente en estos tres subtramos. Cuando toda la L9 funcione, la cifra total de la línea será de 350.000 (130 millones al año).
El servicio del subtramo de Santa Coloma lo cubrirán cinco trenes que circularán con frecuencias de seis minutos. Todo el tramo norte - de La Sagrera a Can Zam y a Gorg-contará con un parque de trece convoyes. Todos ellos son de la serie 9.000 y fabricados por Alstom en su factoría de Santa Perpètua de Mogoda, iguales que los que prestan servicio en la L2. La previsión es que los intervalos de paso por los cuatro ramales de la L9 (Can Zam-Bon Pastor, Gorg-Bon Pastor, Aeroport-Gornal y Polígon Pratenc-Gornal) sea de seis minutos y de tres minutos en el tramo central (Gornal-Bon Pastor).
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