Un taxista de Zaragoza, que el pasado 28 de abril devolvió los 20.000 euros que una mujer que había viajado en su taxi se dejó en su automovil, ha sido ahora condenado por maltratar, zarandear, insultar y amenazar a otra cliente porque ésta le tuteó en la conversación que mantuvieron en el vehículo.
El conductor, José Ramón G. L., ha sido juzgado por una falta de injurias, otra de amenazas y otra de lesiones de las que fue víctima una joven que cogió su taxi en la zaragozana avenida de César Augusto, en 2007, según recoge Servimedia del diario "El Heraldo de Aragón".
Pese a que los hechos tuvieron lugar hace más de un año y medio, el juicio no se inició hasta el pasado mes de mayo ante las dificultades en identificar y localizar al conductor, el cual no acudió a la vista.
Según relata el periódico aragonés citando la sentencia, los hechos ocurrieron el 21 de noviembre de 2007, sobre las 14.00, cuando una joven tomó un taxi y al dirigirse al conductor, tratándole de tú, para decirle el destino al que le tenía que llevar, el chofer le contestó que "si se había acostado con él para tomarse la confianza de hablarle de tú".
Además, durante el viaje, la pasajera le avisó de que un vehículo a su lado quería hablar con el conductor. Ante esta sugerencia, José Ramón G. L. le dijo: "a tí que te importa, hija de puta, te voy a matar, bájate del coche". Acto seguido, la cogió del brazo izquierdo y se lo retorció, le dio un golpe en el muslo y, tras amedrentarla aproximándole el puño a la cara, la sacó del vehículo a empujones".
A consecuencia de todo esto, la joven sufrió una contusión por torsión forzada en el hombro izquierdo y una contractura del trapecio.
Para el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza, estos hechos son constitutivos de una falta de injurias, por atentar contra su honor, otra de amenazas y otra de lesiones, por menoscabar su integridad física.
Por todo ello, el juez condena al taxista a 60 días de multa (20 por cada falta) con una cuota diaria de seis euros, lo que equivale a 360 euros, más 600 de indemnización por las lesiones y el padecimiento psíquico que sufrió, pues desde entonces no ha vuelto a coger un taxi.
Además de este pleito, según publica "El Heraldo de Aragón", José Ramón G. L. ha sido sancionado en dos ocasiones por el área de Servicios Públicos del Ayuntamiento por trato desconsiderado con los viajeros y abandonarlos sin prestar el servicio requerido; y una tercera por aplicar una tarifa en vez de otra.
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