La empresa cree que el paro de cinco horas es un «trampolín» hacia nuevas acciones
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA
Era solo cuestión de tiempo que el conflicto laboral entre los conductores de autobuses y Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) derivara de nuevo en huelga. Será el lunes, entre las 11 de la mañana y las cuatro de la tarde, y, a la vista de lo alejada que queda la posibilidad de acuerdo entre empresa y sindicatos, este no será el último paro.BARCELONA
Tal y como ordena el Govern, las zonas que no disponen de transporte alternativo tendrán un 25% de servicios mínimos, con al menos un bus por línea. Esta medida afecta a las rutas 9, 11, 21, 24, 63, 65, 92, 95, 109, 157, 157 y 193, que cubren destinos como la Zona Franca o Sant Joan Despí, donde es casi imposible llegar en otro transporte público.
Fuentes de TMB aseguraron ayer a este diario que la firma del convenio ha pasado «a un segundo o tercer plano» y que lo único que persiguen los sindicatos es «conseguir más dinero, incluso a costa de sus propios descansos diarios». La empresa señaló que los conductores «buscan un trampolín hacia una escalada conflictiva» y recordó que el actual sindicato mayoritario de conductores no ha firmado «nunca» un convenio con la compañía. También dejó entrever que los trabajadores ya barajan nuevas fechas para parar.
Por su parte, los empleados de TMB han sido citados el lunes a una asamblea en la esquina de ronda de Sant Pere con Bailèn-- frente a los juzgados de lo social-- con el objetivo de «dejar bien claro a la empresa que somos una piña, que estamos unidos, y, sobre todo, para decirles bien alto que no pueden seguir actuando como amos del cortijo».
TMB aseguró que la huelga afectará a un 30% del servicio de toda la jornada, aunque destacó que el autobús circulará con normalidad durante las horas de más demanda.
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