Un 'taxi-combi' junto al mercado de Rustemburgo.
La llegada del Mundial va a ser una oportunidad de negocio para muchos en Sudáfrica, y en especial para quienes están especializados en el transporte, uno de los grandes problemas para los visitantes extranjeros. La mayoría dedicen alquilar un vehículo con chófer, porque esperar un taxi legal es una eternidad y conducir, toda una apuesta de riesgo, sobre todo si hay que apartarse de las grandes vías.
Los organizadores quieren mejorar durante el año que resta uno de los elementos básicos para acoger un gran acontecimiento deportivo y, para ello, las autoridades de varias ciudades han empezado a negociar con taxistas e incluso a plantearse aumentar la dotación de vehículos públicos. Ello ha provocado la contestación de los 'taxi-combi', dispuestos a rebelarse si ven peligrar su negocio.
¿Pero qué son los 'taxi-combi'. Pues como puede deducirse de la manera en que los llaman, son vehículos grandes, furgonetas, que van cogiendo pasajeros con un trayecto común. Estacionan en lo que denominan las 'taxi-rank', grandes paradas, normalmente ubicadas cerca de los mercados, como es el caso de Rustemburgo. Pueden acumularse cientos, uno detras de otro, que esperan pacientemente a irse llenando.
El tiempo en África tiene otra medida, no se interpreta de la misma forma que en Europa, pero mejor no extenderse, porque eso daría para una tesos. La capacidad de los 'taxi-combi' es para unas nueve personas. Salen siempre cuando están completos, pero en el trayecto ese pasaje llega a doblarse, con el consiguiente riesgo para la seguridad. Toda una aventura.
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