La Policía de Teherán ha negado hoy una serie de informaciones que apuntaban a que equipos especiales habían desactivado una bomba colocada en la principal estación de metro del norte de la capital.
En declaraciones a la agencia oficial de noticias local Irna, el director del Centro de Información de la Policía Metropolitana, coronel Mohsen Jancherli, calificó de "infundados" los rumores que aseguraban que un artefacto había sido hallado en la estación de Mirdamad.
Las noticias se habían disparado después de que se conociera que personal en la zona había llamado a la Policía al descubrir un coche sospechoso, sin matrícula, en el aparcamiento de la citada estación, punto de partida de la línea de metro que recorre la ciudad de norte a sur.
Unidades especiales revisaron el automóvil, que había sido robado, y no hallaron rastro alguno de explosivos, según información de la propia policía.
En los últimos días, se ha desatado en Irán una especie de paranoia sobre la seguridad, a escasas dos semanas de la elecciones presidenciales del 12 de junio.
La prensa informó hoy de que la Policía había desactivado una bomba al parecer colocada en un avión con 131 pasajeros que se disponía a realizar la ruta entre la ciudad occidental de Ahwaz, de mayoría árabe, y Teherán.
El jueves, el mayor atentado en los últimos quince años en irán, segó la vida de al menos 25 personas en la ciudad de Zahedan, situada en la conflictiva frontera entre Irán, Afganistán y Pakistán.
Un día después del atentado, las autoridades iraníes acusaron a Estados Unidos de estar detrás y de querer interferir en el proceso electoral.
El ataque fue reivindicado por el grupo radical islámico suní "Yumdulá" (Ejército de Alá), que según Teherán estaría financiado por Washington y Londres.
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