miércoles, 8 de octubre de 2008

El caos se apodera de Atocha


El caos se apodera de Atocha
Actualizado Miércoles, 08-10-08 a las 08:22
El caos circulatorio, los atascos y los enfados siguen siendo el pan nuestro de cada día en la estación de trenes de Atocha. Va a cumplirse un año justo de las primeras protestas. La entrada en servicio de más AVE —especialmente los de Toledo, Málaga y Barcelona— multiplicó el número de convoyes, de viajeros y de actividad. Entre las siete y las ocho de la mañana, Atocha es un auténtico calvario.
Los taxistas siguen enfadados. Cada día, más. Los usuarios se pasan hasta veinte minutos en la cola para poder acceder a un taxi. Los que tienen la intención de meter su coche en el aparcamiento subterráneo más próximo a Cercanías o al AVE han de aguantar un mínimo de media hora para obtener vía libre. Otra cosa es encontrar la plaza que se ha quedado libre. Una aventura.
Eduardo J. y Juan M. son dos de los cientos de taxistas que esperan su turno en la rampa de la estación más próxima a Méndez Álvaro. Llevan ahí más de un cuarto de hora y todavía les queda. «Cuando llega un tren, esto empieza a correr pero, la verdad, todo son nervios porque nosotros queremos dar un buen servicio pero los pasajeros llegan con prisas, han madrugado y creen que no va a haber vehículos para todos. Es bastante estresante», dice Juan.
No le falta razón. Son las once de la mañana de ayer y Victoria arrastra su maleta en la fila de los taxis. Ha llegado desde Barcelona. «Estoy cansada. Esta espera me parece una locura. Surrealista. Tengo una reunión de trabajo y no estoy muy segura de que vaya a llegar a tiempo».
«¡Menudo follón!»
A su lado, Miguel Ángel Heredia asiente con la cabeza. Él también cogió el AVE de Barcelona muy de madrugada y no se explica «el follón que se monta al llegar a Madrid. ¡Porque llevo la maleta, si no me habría ido al Metro! No es la primera vez que me pasa. Estoy harto de venir a Atocha, casi siempre a la misma hora, y veo que aquí nadie tiene intención de arreglar el caos que se monta. Llegas a Madrid en un periquete, pero luego te encuentras como en una ratonera».
Arriba, en la rotonda del acceso de Cercanías también hay malestar por parte de los taxistas. Muchos se dan por vencidos y se van a buscar clientes a otro lugar. ¿Motivo? Han intentado ponerse en la fila de taxis de esa zona y se encuentran con los agentes municipales de Movilidad que les impiden el paso. «Puede que sea lo correcto y que si todos nos quisiéramos colocar en esa fila atascaríamos la circulación, pero hay formas de solucionar este problema», asegura José Luis López, un joven que acaba de «heredar» el taxi de su padre y ha optado por este trabajo «porque lo demás está muy chungo», asegura.
El presidente de la Asociación Gremial del Taxi, José Antonio Parrondo, es muy crítico con esta situación que se vive cada día en Atocha. «Es lógico que mis colegas se quejen. Lo que no sé es cómo no hay políticos que quieran resolver este lío de una vez por todas».
Parrondo asegura que sí hay una solución: «Es cuestión de que nos dejaran el “parking exprés”, ese espacio tan grande al que se accede por la antigua entrada a la estación. Tendríamos, incluso, salida directa a la glorieta de Carlos V y, así, no molestaríamos tanto en lo que se refiere al tráfico rodado. No se dan cuenta pero, de esta forma, se evitarían, incluso, las largas colas y la acumulación de taxis en la planta inferior de la estación».
Esperar un mes más
Según el presidente de la Asociación Gremial, la solución está en manos del Ministerio de Fomento. En concreto de su Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), que, al parecer, es el organismo que tendría que dar permiso para la utilización de ese «parking exprés» que reivindican los taxistas.
«Dentro de un mes, aproximadamente, tenemos prevista una entrevista con el Ministerio de Fomento. Este asunto se pondrá encima de la mesa y esperamos que nos den una solución», insiste Parrondo. A su juicio, «es intolerable, e inexplicable, que se consienta tanto caos en la estación de Atocha cuando la solución está ahí, a la vista de todos. Creo que es cuestión de buena voluntad. Todo el mundo sabe que tardamos mucho en cargar pero parece que nadie quiere aportar una alternativa. Se protesta con razón: taxistas, clientes, personal de Atocha, policía municipal... Todos».
Cuando le preguntamos por el papel que juega el Ayuntamiento en este problema, nos insiste: «La solución la tiene que aportar Adif, pero creo que pasan de nosotros. Ya llevamos así prácticamente un año. Lo que también digo es que el Ayuntamiento puede ayudar en el sentido de forzar una reunión con Fomento y mediar en el asunto».
El caos en la estación de Atocha tiene, como indicábamos al principio, otra vertiente. Es la de quien quiere utilizar el aparcamiento con su vehículo particular. Llega el conductor a la estación. Ve la señal de «parking» y enfila seguro de su maniobra. La cara de sorpresa es mayúscula cuando se aproxima a la maquinita que expende el ticket.
«Está lleno»
Pocos segundos antes se le había puesto cara de alegría al ver que sólo hay otros tres coches esperando, pero cuando detiene el suyo para unirse a la fila, llega una simpática empleada de seguridad que, a través de la ventanilla, le advierte de lo siguiente: «El aparcamiento está lleno. Hay muy poco movimiento. La espera media está entre veinte minutos y media hora. Usted verá lo que hace. Si va a esperar a alguien o a dejarle para que tome el tren, más vale que abandone la fila porque no llegará a tiempo. En todo caso, pruebe en el aparcamiento de Cercanías». El conductor, medio incrédulo y medio enfadado, no tiene más remedio que abandonar la fila. Allí se quedan los otros tres que, por lo visto, tendrán menos prisa.
La explicación para esta demora es, también, sencilla: Muchos de los usuarios del AVE, en especial a Toledo, dejan muy temprano su coche en el aparcamiento. Cuesta dinero pero, cuando regresan, saben que tienen el coche ahí mismo. Nada ha cambiado. Hace casi un año ocurría lo mismo.
ABC

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