- • La caída del turismo, la liberalización y los dobles turnos originan un exceso de vehículos libres
- • Los taxistas trabajaron más horas e hicieron más kilómetros para ganar menos que el año pasado
- La parrilla de la estación de Sants (plaza de Joan Peiró), de Barcelona, llena de taxis libres a las 20.30 horas del pasado miércoles. Foto: MARTÍ FRADERA
BARCELONA
Si alguien no ha hecho precisamente su agosto durante este último mes de agosto, han sido los taxistas metropolitanos. La crisis generalizada se ha cebado con fuerza en la flota negra y amarilla, que ha sufrido probablemente el verano económicamente más desastroso de la última década por culpa del descenso del número de clientes. Además, algunas decisiones del Instituto Metropolitano del Taxi (Imet), como la liberalización horaria han disparado la oferta de vehículos libres, un factor que ha reducido la recaudación media de los profesionales entre un 25% de día y un 30% en el turno nocturno.
Los taxistas sabían que había crisis pero no se esperaban un mes de agosto tan nefasto. Hay profesionales que han vuelto más de un día llorando a casa porque ni alargando la jornada han alcanzado unos ingresos dignos. Un taxista explica que un día empezó a trabajar a las seis de la mañana y no consiguió un cliente hasta pasadas las ocho. Y el importe de la carrera fue paupérrimo: 6,5 euros. "¿A qué precio me sale así la hora?", se queja. La respuesta es dura: a menos de tres euros.
Los diferentes colectivos consultados apuntan a varias causas como las responsables del desastre, del que no se salvan ni las radioemisoras pese a que tienen clientes abonados. La más notoria es que Barcelona no parece haber recibido más turistas que hace un año y que han gastado menos. "Los turistas ya no se suben al taxi, van en metro, en bus o andando. Tampoco gastan dinero en los restaurantes. Es fácil verlos entrando en los hoteles con bolsas del supermercado", dice Luis Berbel, secretario general del Sindicat del Taxi de Catalunya (Stac) en Barcelona.
Como los taxistas tampoco se escapan ni del auge de precios (la subida del carburante les cuesta 150 euros al mes), ni de la hipoteca, muchos no han hecho vacaciones o diez días a lo sumo. Y encima hay cerca de 200 coches más a doble turno que en el 2007. Esta situación ha provocado que coincidieran más taxis libres en la calle. Además, como los ingresos no eran los esperados, las jornadas laborales se han alargados dos y tres horas para compensar. "Se han hecho más horas y más kilómetros para ganar igual o menos que hace un año", dice Berbel.
MEDIDA DESAFORTUNADA Para rematar el panorama, a mediados de julio el Imet liberalizó el servicio desde las 18.00 hasta las 6.00 horas, lo que significa que todos los taxistas (excepto los del turno nocturno obligatorio) podían trabajar por la tarde y por la mañana, incluso en su día de fiesta obligatoria entre semana. Los corrillos de taxistas y los ciberforos (como el de www.itaxista.org) echan pestes contra esta medida, como mínimo, "desafortunada", según la flota.
El gerente del Imet, Miguel Ángel Martín, precisa que la liberalización se decretó "de forma preventiva para garantizar la oferta de taxis porque se preveía un aumento de la demanda por el turismo y un descenso de la oferta por las vacaciones de los autónomos". No obstante, el gerente reconoce que es posible que la liberalización haya sido "excesiva" y asegura que a partir de la próxima semana se indagaran las causas del desplome del sector durante el mes de agosto y se estudiará si es necesario abolir este tipo de medidas.
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