Con esta medida, el alcalde de la ciudad, Boris Johnson, fija sus miras en Nueva York, la ciudad que imitó el modelo de metro londinense, pero que en cambio siempre supo responder a la demanda de los noctámbulos manteniéndolo abierto 24 horas, 365 días.
El servicio ininterrumpido de metro en la capital
británica durante la madrugada del sábado y el domingo se ofrecerá en
las cinco líneas más concurridas del suburbano, que acaparan el 60% de
los usuarios. La Jubilee y la Victoria en todas sus estaciones, la
Central y la Piccadilly (que conecta con Heathrow) en su mayoría, y el
ramal de Charing Cross (la parada situada en la plaza de Trafalgar) de
la Northern Line. Todas ellas pasarán con una frecuencia mínima de 25
minutos.
Hasta aquí la cara amable del programa
modernizador del «tube», que ha supuesto también la renovación de
estaciones, trenes y señalizaciones. Lo que no ha sido acogido con tanto
júbilo es la decisión de cerrar las taquillas de 250 estaciones de las
950 que despachan tickets en toda la red, con el consiguiente recorte de
750 puestos de trabajo. El Ayuntamiento ha decidido sustituir la figura
del tradicional taquillero ampliando el número de máquinas tras alegar
que las ventas en la ventanilla sólo suponen un 3% del total. En Londres,
la práctica totalidad de los viajeros utilizan la tarjeta automática
Oyster que se puede recargar tanto en internet como en las máquinas, de
la que se va descontando el saldo a medida que se utiliza. Sólo algún
turista despistado paga el importe íntegro de un billete de metro que
asciende a 4,15 libras, el doble de lo que cuesta con la famosa tarjeta.
No ha sido tan bien recibida la medida de cerrar taquillas en 250 estaciones
Muchos ya se imaginan la pintoresca escena de
algún que otro viajero afectado por los estragos del alcohol peleándose
con la máquina expendedora para adquirir un billete un sábado cualquiera
a las cuatro de la madrugada.
El horario de metro en otras capitales
En París,
el último metro llega al final de la línea a la una y cuarto de la
madrugada entre semana, y a las dos y cuarto las noches de viernes y
sábados.
El Metro de Roma,
con tan solo tres líneas, abre de domingo a jueves de cinco y media de
la mañana a las once y media de la noche. Los viernes y los sábados el
horario de cierre se amplía una hora más.
El suburbano de Berlín
se cierra completamente entre la una y media y las cuatro y media de la
madrugada, entre semana, y permanece abierto toda la noche los fines de
semana y las vísperas de algunos festivos.
En Nueva York, el servicio funciona durante todo el año las 24 horas del día.
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