Vigilancia selectiva en el metro
Un jueves a las 19.00 horas. Parada de metro Diagonal, línea azul, andén en sentido Cornellà. Le roban la cartera a un señor, este se da cuenta y va a reclamar a los ladrones, que se ríen de él y acaban agrediéndole delante de su mujer y sus hijas. Corro escaleras arriba a buscar ayuda. No hay nadie en ningún pasillo o taquilla. Solo un botón. Lo pulso y la respuesta aún es más indignante: «No se preocupe, señora, las cámaras ya lo grabarán todo». Miércoles siguiente, en la misma parada de metro: 20 personas entre seguridad, personal, interventores... ¿Para qué? Para que nadie entre sin pagar. Nuestro dinero les importa mucho; nuestra seguridad, en cambio, nada.Nuria Ramos (Barcelona)

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