
En lo que solía ser un andén de la estación del ferrocarril de Chimbacalle, en el sur de Quito, se inauguró el Museo del Tren.
Imágenes de Don Evaristo dan la bienvenida con datos curiosos y preguntas relacionadas con el tren del Ecuador. Una de estas dice, “¿En dónde puso el diablo su nariz?”, en alusión a la Nariz del Diablo, una de las rutas más difíciles, por donde pasa el tren.
Una luz tenue ambienta el lugar y traslada a los turistas a mediados del siglo XX. El recorrido continúa mediante una muestra de instrumentos técnicos que se utilizaban en esa época como equipo de topografía, lámparas para la señalización y piezas de los telégrafos.
En un segundo piso hay juegos de madera para que los más pequeños conozcan el funcionamiento mecánico del tren. “El zigzag de la Nariz del Diablo” permite ver el movimiento uniforme de los ejes de las ruedas de este medio de transporte.
El Museo del Tren es parte del programa para promover el sistema ferroviario nacional de la empresa Ferrocarriles del Ecuador. El objetivo de esta entidad estatal es rescatar el ferrocarril para impulsar el desarrollo turístico de las comunidades por donde pasa el ferrocarril.
Para promover el turismo en estas comunidades, Jorge Carrera, gerente de Ferrocarriles del Ecuador, explica que contarán con cinco ‘subproductos’ que, además, generarán empleo.
Estos son: cafetería, tienda, museo, refugio y plaza artesanal. Dice que en Yaguachi, Guayas, también se implementó una operadora turística. Gracias a esta oficina, de 600 turistas que recibían al año han aumentado a 5 000.
El ferrocarril es sinónimo de inversión y desarrollo. Carrera asegura que “en Riobamba, empresas hoteleras privadas ya han invertido USD 5 millones”. Hasta el momento se han generado 350 empleos directos y 500 indirectos, explica.
El Ministerio de Turismo también colabora con este programa. Félix Burgos, técnico de Rutas de Tren, sostiene que se encargan de identificar las necesidades de las ciudades para impulsarlas como destinos turísticos. “Nos encargaremos de que la gente conozca la ubicación de los lugares, señalizaremos los atractivos y construiremos miradores”, afirma Burgos.
“El ver llegar el tren produce alegría y esperanza en la gente por el valor histórico que trae consigo. Motiva a invertir en negocios para recibir a los pasajeros del tren”, afirma Miguel Caraguallías, encargado del sistema férreo de Costa Rica. “Viajar en tren brinda un paisaje diferente, por lo que solo el viaje ya es un atractivo turístico garantizado”.
En lo que va del año, el ferrocarril ha transportado a 37 mil turistas. La empresa espera llegar a los 70 mil a finales del 2011. Para el 2013, cuando ya esté en operación todo el sistema férreo, calcula trasladar a 220 mil personas.
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