La Urbana detiene a dos personas en la plaza de Catalunya y decomisa 250 objetos
Los vendedores rompen las puertas de acceso a los andenes al huir de la policía.
Una nueva redada contra la venta ilegal de productos, conocida popular e irónicamente como top manta por presentar los objetos dispuestos sobre una manta que permite recogerlos rápidamente y salir a la carrera, acabó ayer con varios destrozos en el metro de Barcelona, en concreto, en la estación de la plaza de Catalunya de la L-3. Según la Guardia Urbana, los daños a cuatro de las puertas validadoras de los billetes de acceso a las instalaciones del suburbano se produjeron cuando una veintena de vendedores ambulantes trataban de huir de la redada. La policía local detuvo a dos personas y realizó 25 decomisos, con un total de más de 250 objetos (bolsos, monederos y gafas de sol, básicamente).
El sábado de la semana pasada, a las pocas horas de ser proclamado alcalde Xavier Trias, un dispositivo especial de la Guardia Urbana contra la venta ambulante realizó, con motivo del inicio de las rebajas, más de 340 denuncias y decomisó más de 8.600 objetos, en su mayor parte bebidas, abanicos y bisutería.Los hechos tuvieron lugar a las 14.00 horas en la zona del Café Zurich y, posteriormente, en la rotonda subterránea de acceso al metro que está situada bajo la plaza de Catalunya. Fuentes de TMB señalaron que diversos operarios de la empresa de transportes municipales acordonaron la zona afectada por los destrozos, aunque el acceso al metro se mantuvo siempre abierto y bajo control (es decir, para evitar que la gente pasara sin billete) de varios agentes de seguridad privada.
PRIORIDAD DE TRIAS / El nuevo alcalde convergente de Barcelona, Xavier Trias, ha situado como una de sus prioridades la lucha contra la venta ambulante ilegal. En la primera comisión de gobierno que celebró su equipo el pasado martes, ordenó que la Guardia Urbana someta a una «presión clara, decidida y continuada» a los manteros y lateros.
En la rueda de prensa posterior a esa primera reunión, el portavoz del gobierno municipal de CiU, Joaquim Forn, valoró en más de 100 millones de euros los daños que la venta ilegal causa al comercio tradicional en la capital catalana.
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