Las dificultades de desplazamiento de un vendedor de cupones de la ONCE, a la hora de utilizar el autobús público con su perro guía en Alicante, están siendo investigadas por el síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana, José Cholbi.
Cholbi, que tuvo conocimiento del caso a través de los medios de comunicación, ha abierto una queja de oficio para conocer los motivos por los que, según el testimonio de la persona invidente, el conductor del autobús no deja pasar al perro-guía, un labrador de color negro.
Al parecer, este explicó al dueño del perro que era imposible acceder con él al vehículo porque el animal iba desprovisto de un bozal.
Sin embargo, el síndic ha recordado que la legislación vigente considera que no es exigible el bozal al tratarse de un perro-guía, considerado "no potencialmente peligroso".
En la queja de oficio, Cholbi pretende investigar cuál es la actuación municipal y también la desempeñada por la compañía adjudicataria del servicio urbano metropolitano, el Grupo SuBús.
Para ello, el síndic se ha dirigido a la gerencia del Grupo SuBús en demanda de información sobre la realidad de tales hechos y demás circunstancias concurrentes en el supuesto.
Además, ha solicitado qué medidas han sido adoptadas por la empresa o están previsto aprobar "para garantizar la no limitación o restricción de los derechos deambulatorios del ciudadano invidenteque se está viendo afectado por la exigencia del cumplimiento de unos requisitos para poder circular con su perro-guía que no son exigibles".
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