Él o los responsables del hurto, que huyeron segundos después del impacto, dejaron una imagen que sobrecogió a los vecinos
Sorprendidos, aturdidos y asustados. Así se quedaron los vecinos de barriada de la Fuente (Pulpí) al escuchar un fuerte impacto en la calle, en la madrugada del lunes. Los hechos , que ocurrieron alrededor de las 6.40 horas, despertaron a más de un pulpileño que, a esas horas, dormía plácidamente. Y es que la sorpresa para los vecinos fue mayúscula. El aterrador sonido provenía de la calle y, en concreto, de un autobús que, de una manera dantesca, se encontraba empotrado contra una vivienda.
El vehículo en cuestión, un mercedes con matricula 4553-CGK de la empresa ALSA, se encontraba completamente destrozado y sin conductor, dejando la escena con una 'aurora fantasmal' que aumentó, aún más, al asombro de los vecinos. Algunos de ellos, al acercarse al vehículo de grandes proporciones, se percataron que se trataba del autobús de línea que inicia su ruta en Pulpí y pone rumbo diariamente a la capital.
Lo que desconocían los vecinos es que el chófer que normalmente lleva el autobús se quedó igual de sorprendido que ellos, unos minutos antes. Al parecer, el trabajador de la empresa AlSA llegó hasta Pulpí, como cada mañana en su vehículo particular, y encontró un hueco vacío donde se suponía que tenía que encontrar su herramienta de trabajo: el citado autobús.
El chófer, sorprendido por no encontrar su transporte de 54 plazas, que habitualmente deja aparcado en unos terrenos que hay frente de un supermercado DÍA, llamó a la empresa para contar lo sucedido.
Mientras, a una cierta distancia, el autobús sustraído se encontraba empotrado y rodeado de vecinos que se preguntaban como había podido llegar allí. Estrellado y completamente afectado, el vehículo de la empresa ALSA obstruía el paso de la vía de un sólo carril, permaneciendo empotrado en el portal número 15 de la calle 'El Aire' de la barriada pulpileña de La Fuente.
El autobús, que antes de empotrarse se había llevado una farola situada en una curva que pasa justo al lado de la Residencia de Mayores, 'El Cortijo Colorao' situada a 3 kilómetros del lugar de los hechos, yacía inactivo sin más responsable que la propia imagen llena de cierto asombro y perplejidad.
Sin culpable
¿Y el responsable?. «Vi a un hombre bajo, con melena, que corría en dirección contraria a donde se había producido el impacto», exclamó una vecina que, al parecer, se asomó a su ventana justo en el momento del gran impacto.
Los vecinos, en los primeros instantes de los hechos, se preguntaron si esta situación podría ser fruto de una gamberrada debido, principalmente, a que un autobús de línea «no tenía sentido que pasara por medio de las calles del pueblo». Todos los indicios indican que, la o las personas responsables del robo, no son conocedoras de la zona, ya que un vehículo de estas dimensiones no podría haber pasado por una calle que sólo está reservada para los turismos.
Y aunque los ladrones no conocían la zona, si que tenían nociones de cómo se conducía y gestionaba un autobús, ya que como dicen los vecinos, «él o los chorizos accionaron la puerta central del autobús para escapar segundos posteriores al siniestro».
Según algunos conocedores de la zona, los ladrones, una vez sustraído el bus, buscaban la redonda de la recientemente inaugurada variante, desde la intersección de la A-350, con la A-1201, al sur de Pulpí, hasta la redonda de la autopista de peaje AP-7, Cartagena- Vera, y la carretera que va hasta San Juan de los Terreros, metiéndose por sitio equivocado.
Retirada
Esta observación, lo que demuestra, es que no conocían bien la zona, ya que esta redonda se encuentra a unos 200 metros escasos, metiéndose por la carretera que lleva hasta la residencia de mayores, el 'Cortijo Colorao'.
Por otro lado, el autobús permaneció más de tres horas hasta que llegaron los peritos. Hasta La Fuente se desplazó una grúa y un servicio de mecánicos de la empresa 'Alsina Graells' que, sobre las 13.30 horas, retiró el autobús, muy dañado por el impacto.
La suerte, para los moradores de la vivienda objeto del impacto, es que esta se trataba de la parte posterior del dúplex, que está elevada algo más de un metro y los muros son de hormigón, si no, se hubiera metido dentro de la vivienda y, dependiendo de la zona de la misma, hubiera podido causar daños imprevisibles a sus moradores que a esas horas, dormía en su dormitorio la hija pequeña y la madre se encontraba en la cocina preparando el desayuno.
Por suerte, sólo hay que lamentarse de daños materiales. Pese a la buena noticia, lo que no cabe ninguna duda, es que a los usuarios de este servicio de transporte, que pasa por numerosos pueblos hacia la capital, le han causado un buen problema en esa mañana. Y es que los hechos, al producirse media hora antes de la salida, la empresa no tuvo tiempo de reacción para poner un vehículo sustituto y así normalizar la situación.
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