jueves, 1 de abril de 2010

Las sillas de gemelos acceden por fin a los autobuses de Tuvisa

la familia que fue "invitada" a bajarse del bus toma el urbano tras el fin de la prohibición
Los Pichot-Zulueta viajaron ayer del centro a Zabalgana sin problemas por primera vez desde hace cinco meses.
Vitoria. "Satisfecho". Así se sentía ayer Mikel Pichot después de realizar en quince minutos y sin problemas el itinerario en autobús que separa el centro de Vitoria de su casa de Zabalgana. Poder viajar de nuevo en urbano, como un usuario más, es todo lo que tanto él como el resto de familias numerosas han exigido durante cinco meses al Ayuntamiento, desde que Tuvisa prohibió en octubre el acceso de las sillas gemelares a sus autocares. "Finalmente nos han dado la razón, después de llamar a un montón de puertas", dice, una vez olvidado el incidente con el conductor que invitó a su familia a bajarse del autobús. A partir de ahora, sólo piensa en no ser discriminado de nuevo.
A las ocho de la tarde de ayer y después de salir del trabajo, Mikel fue a buscar a casa de amama a sus hijos: Andoni y los gemelos Argiñe y Aitor. Tras reunirse con su esposa Leire, los cinco esperaron en la parada de la Catedral la llegada del autobús de la línea 6 que cubre el itinerario Zabalgana-Mariturri. Conocedores de que el Ayuntamiento ya había levantado la prohibición que pesaba sobre las sillas gemelares -presionado por las críticas de PNV y EA y por un informe de la secretaria general del Pleno poniendo en duda esta actuación-, la familia Pichot-Zulueta accedió al bus, con su carrito doble, por la puerta de en medio y a través de la rampa por la que previamente había subido otro usuario en silla de ruedas. Sin problemas. El conductor no les llamó la atención como en anteriores ocasiones y en quince minutos ya descansaban en casa. Fue un "cómodo" recorrido que de haberlo realizado en su vehículo particular habría sido "más largo e incómodo", señala Mikel, a quien se le vienen a la cabeza las complicaciones vividas desde octubre para cargar con los tres niños y encontrar aparcamiento.
La polémica de las sillas gemelares parece, por tanto, haber llegado a su fin, una vez que el Ayuntamiento ha rectificado levantando una prohibición para muchos "injustificada".

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