lunes, 29 de marzo de 2010

Un fuego calcina la cochera de los autobuses y provoca daños superiores a 1,3 millones

Las llamas arrasan la parte trasera y la techumbre de la nave de Aurza y obligan al desalojo de 200 personas de la discoteca situada debajo del local






Estado en el que quedaron los autobuses arrasados por las llamas 
dentro de la cochera, donde el intenso humo dificultaba la visión. 
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Estado en el que quedaron los autobuses arrasados por las llamas dentro de la cochera, donde el intenso humo dificultaba la visión.
 Foto David Rodríguez
SUSANA ARIZAGA Sólo las pérdidas contabilizadas por la empresa Aurza, concesionaria del transporte urbano de la capital, relativas a su flota de vehículos asciende a «1,3 millones de euros, de los que el seguro cubrirá 600.000 euros, el límite establecido» en el contrato, según informaba ayer desolado Santiago Vicente, el propietario de los autobuses.


Y es que el fuego declarado ayer, pasadas las 9.00 horas, en la nave de Afaruza, cuya causa y punto de origen se desconocen, deshizo literalmente once de los doce autobuses que permanecían en la cochera, que quedó calcinada en la parte trasera, donde más se cebaron las llamas. En esa zona se hallaban los vehículos, muchos reducidos a amasijos de hierro.


Sólo se salvaron del incendio cuatro vehículos, el último en retirarse a las 8.45 horas, para iniciar la jornada laboral. Al tratarse de un día festivo se reduce la frecuencia del servicio, por lo que Afaruza pone en circulación un menor número de vehículos. Tres cuartos de hora más tarde, la conductora que debía recoger el autobús para dar servicio a la Feria de Botiguero ya no pudo entrar a la nave. Eran las 9.30 y la empleada de Aurza realizaba otra llamada al 112 para alertar del fuego.


Ayer nadie podía realizar una aproximación en euros de las consecuencias de este incendio, uno de los más importantes que ha habido en la capital en los últimos años. Los propietarios de las dos discotecas que se sitúan bajo la cochera de Aurza, esperaban a poder inspeccionar el interior para realizar una valoración de los perjuicios ocasionados no por las llamas, que no llegaron a propagarse a estos locales, sino por el agua utilizada por la dotación de bomberos para sofocar el incendio, explicaba el gerente, Félix Martín Espada, fue la causante de los desperfectos.


Abatido por la imposibilidad de comprobar el estado de sus propiedades lo antes posible, poner en marcha sus negocios y reducir al máximo las pérdidas económicas, en plenas fiestas de Semana Santa, recordaba cómo procedió al desalojo del local hacia las 9.27 horas, cuando, advertido por un cliente de que salía humo de la parte de arriba del local, salió de la discoteca «La divina comedia» para comprobar qué ocurría. «Observé por una ventana llamas en un autobús y de inmediato llamé a los bomberos». Acto seguido encendió las luces de la discoteca, apagó la música e instó a las más de 200 personas que estaban dentro a abandonar las instalaciones. Los primeros en llegar fueron los bomberos, cinco dotaciones a las que se incorporaron voluntariamente para ayudar. Detrás, tres de la Policía Nacional y otras tantas de la Local.


La techumbre de madera y uralita de la cochera se abrasó y en algunos tramos se vino abajo. Las llamas respetaron la zona en la que se ubican dos pequeñas oficinas, afectadas sólo por el intenso humo que se concentró en las instalaciones. Por cuantificar están los daños en cubiertas e interior de la nave, así como los que pudiera tener su estructura, si es que se ha visto afectada por el fuego y elevada temperatura concentrada en su interior. Hay que tener en cuenta que tanto el combustible de los autobuses, como el aceite y el propio material del que están construidos, de fibra en su mayoría, son especialmente inflamables y combustibles.

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