Santiago se ha unido a las ciudades de A Coruña y Vigo en sus aspiraciones a contar con un metro ligero, una iniciativa por lo demás trascendente para la capital gallega. Era previsible que de un ejercicio a otro la Xunta estrenara en sus presupuestos el proyecto del metro ligero, y lo va hacer el año que viene con una partida de 300.000 euros, de un total de 4,7 millones que dedicará la administración gallega.
La puesta en marcha de un metro es una iniciativa compartida por todos los grupos municipales a fin de conectar la ciudad con las localidades del entorno (Bertamiráns, Os Tilos, Milladoiro, etcétera) con los centros industriales y sobre todo con el aeropuerto de Lavacolla, muy necesitado de este enlace.
Este último es el argumento esencial de las demandas que en los últimos años se han venido realizando en relación al metro ligero. Ya en noviembre de 1995 el entonces conselleiro Xosé Cuíña defendió en el Parlamento el enlace ferroviario entre la ciudad y el aeropuerto, pero el Ejecutivo gallego nunca lo llegó a formalizar nada en ese sentido. Los 4,7 millones son, en todo caso, para un estudio que habrá de determinar la viabilidad del tren ligero.
La Xunta ya había encargado sendos estudios para A Coruña y Vigo, con un monto de 9,5 millones de euros destinados a cada una de las dos ciudades. Santiago se une, por fin, a la fiesta tras una paciente espera.

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