En la estación de Pacífico (Línea 1) de Metro de Madrid, 32 sondeos geotérmicos de 150 metros de profundidad cada uno, sacan energía de la tierra, con la que nutren el sistema de climatización de los andenes, el centro de control e, incluso, los locales comerciales de los pasillos.
Se trata de un proyecto piloto, pionero en el mundo, que se empezó a instalar en agosto pasado y lleva funcionando en pruebas desde finales de septiembre, explica José Manuel Cubillo, ingeniero coordinador de la instalación geotérmica de Pacífico, de la red de Metro de Madrid.Ahora, cuando Metro de Madrid cumple 90 años, después de que el rey Alfonso XIII inaugurara el primer trayecto el 17 de octubre de 1919, los viajeros que esperan en el andén, sienten el aire -caliente en días de frío y frío en días de calor- que sale de las numerosas rejillas instaladas a lo largo del andén a la altura de sus cabezas.
Una planta por debajo de los andenes, en la sala de máquinas de la instalación geotérmica, los 32 sondeos conectados a cuatro bombas de calor aprovechan la temperatura constante, de alrededor de 20 grados, del subsuelo, para intercambiar el fluido térmico con el terreno.
"En la parte de invierno vamos a robarle el calor que hemos cargado durante la parte de verano y la lanzaremos de manera gratuita a la estación durante el invierno", explica Cubillo, pero añade que "lo que realmente utilizamos es el salto térmico entre la temperatura de impulsión y lo que sería la temperatura del terreno".
"El corazón de la instalación son bombas de calor agua-agua, en concreto tenemos cuatro bombas que son similares, aunque una es reversible y las otras son de ciclo sólo frío", dice Cubillo.
"La potencia térmica de cada bomba es de 40 kilovatios con una potencia geotérmica de 120 más 40 de apoyo, Es decir que tendríamos 160 kilovatios en total instalados", señala.
En España no existe ninguna otra instalación similar y "en el mundo tenemos prácticamente la seguridad de que ésta sea la primera", aunque "sabemos que el metro de Londres quería hacer un ensayo y algún metropolitano americano, pero en el ámbito puramente ferroviario, creemos que no, que esta es la primera".
"Últimamente Metro está muy mentalizado con los temas de ahorros de energía y energías limpias y nos parecía una ocasión muy interesante el aprovechar el subsuelo de esta estación de Metro de Pacífico, aprovechando las obras de remodelación para desarrollar un proyecto un piloto", indicó Cubillo.
"De los grupos de bombeo de la sala de máquinas el fluido térmico sale a los tubos de distribución, que van saliendo hacia cada uno de los circuitos para el exterior: la zona de locales comerciales, la de dependencias de Metro y los andenes de la estación, principalmente", especifica.
"El resultado final de la instalación está en que tenemos la red de tuberías de agua fría que llega a un fancoil que está situado detrás de las chapas de decoración de la estación y recircula el aire lanzándolo por la parte superior y generando lo que yo denomino islas de confort", subraya Cubillo.
Islas de confort porque "realmente no estamos climatizando todo el ambiente de la estación, ya que es una estación abierta y sería energéticamente muy costoso y muy difícil climatizarla toda".
Así, "lo que estamos haciendo es generar una especie de microclima, principalmente en la zona de rejillas, que están instaladas cada pocos paneles y distribuidas a lo largo de todo el andén".
"El aire que sale está a 23 ó 24 grados" y alcanza una velocidad de aproximadamente 1,2 metros por segundo, "intencionadamente".
"Al lanzar el aire a velocidad hemos conseguido un doble efecto, que el viajero sienta y perciba el aire frío y, por otro lado, que su piel al evaporar el sudor, sienta frescor", dice Cubillo.
"La zona nueva se está nutriendo del sistema geotérmico, tanto a nivel de dependencias de Metro -concretamente el puesto de mando- como locales comerciales y los andenes también", resume el ingeniero coordinador.

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