El teniente de la Guardia Civil José Francisco Ruiz se dirigía ayer por la mañana en Metro a las puertas del Ministerio del Interior y de la Dirección General de la Guardia Civil, donde lleva acampado como protesta desde la semana pasada, cuando se vio obligado a frenar el convoy en el que viajaba para detener a un ladrón.
Los hechos, según explicaron desde la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, sucedieron de la siguiente manera. A las 8.30, el teniente viajaba en la línea 10 de Metro, cuando, entre las estaciones de Tribunal y Alonso Martínez, un rumano intentaba sustraerle la cartera. Pero el funcionario público se percató de lo que estaba ocurriendo y no dudó en hacer uso de su condición de agente del orden para detener al presunto delincuente.
Para ello, tuvo que accionar el freno de emergencia del Metro, lo que provocó que se parara. Se dio aviso entonces, como está reglamentado, a agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que se hicieron cargo del sospechoso. Luego, el teniente continuó hacia su destino, para continuar con su reivindicación.
José Francisco Ruiz protesta porque, según él, en el Ministerio del Interior no le consideran idóneo para desempeñar sus funciones como teniente. Hoy trasladará su reclamación laboral a la sede federal del PSOE, en la calle de Ferraz, a partir de las diez de la mañana.
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