El túnel que discurrirá hasta la Zona Franca por Montjuïc nacerá justo bajo la instalación comercial. Ayuntamiento y Generalitat acuerdan realizar al unísono ambos trabajos para minimizar molestias
La historia de la L-2 está salpicada de problemas. Si en los setenta se horadaron los túneles de esta línea que discurrían por el Eixample para luego abandonarlos por problemas políticos, técnicos y financieros, en los ochenta fue el objeto de la pugna entre el entonces alcalde, Pasqual Maragall, y el president Jordi Pujol. El primero quería llevar la L-2 a Montjuic, que se prepraba para ser la montaña olímpica. Pujol se negó por el coste que tenía la operación. Hoy, la prolongación de la L-2 es, sin embargo, motivo de acuerdo entre ambas administraciones catalanas. Ayuntamiento y Generalitat han acordado hacer coincidir las obras de remodelación del mercado de Sant Antoni con las del metro. Dicho de otro modo, el corte de calles del Eixample a cuenta del mercado no se encadenará con las restricciones por culpa del metro.Las restricciones por las obras de prolongación de la L-2 del metro entre Sant Antoni y Parc Logístic –y su enlace con la L-9 para permitir que los trenes de la L-2 lleguen hasta el aeropuerto de El Prat– pueden durar cerca de dos años. El mercado estará unos cuatro años en obras.
Las obras del subterráneo no están aun licitadas, explica una fuente de la Conselleria de Política Territorial i Obres Públiques (PTOP). Lo habitual, de no mediar acuerdo, hubiera sido que una vez finalizado el proyecto –que está ya a punto de concluirse– se licitara toda la extensión de la L-2, hasta Parc Logístic, y dejar el calendario de realización del tramo Sant Antoni-Poble Sec (que afecta al mercado) al albur del ritmo de construcción.
EJECUCIÓN DEL TRAMO
Lo que han acordado las administraciones es que, llegado el momento, cuando se agote el tiempo para iniciar las obras de forma que se acaben junto con las del mercado, se licite por separado el tramo. Si el tramo ya está adjudicado, y las obras no han empezado, antes de que el calendario se eche encima de las excavadoras, se horadará el tramo del Eixample, independientemente de que sea o no un trozo despegado de la galería que esté ejecutando la tuneladora. Es decir, o bien se empezarán las obras por ese lado o bien, si empiezan desde otro punto, se acometerán los trabajos en los aledaños del mercado.
Los trabajos a desarrollar en la calle de Manso entre Comte d’Urgell y Comte Borrell consisten en la construcción de un muro pantalla y de la pertinente vuelta que cubrirá el espacio y en habilitar un punto de evacuación de tierras, para poder seguir trabajando una vez se realice el muro pantalla. En el peor de los casos, el túnel generado por el doble muro y la vuelta quedaría aislado del resto de la prolongación, lo que haría necesario su posterior conexión con el tramo horadado con tuneladora.
En la actualidad, la línea lila circula bajo la ronda de Sant Antoni y tras doblar por Ronda de Sant Pau finaliza en el Paral·lel. La prolongación hacia Montjuïc, la Fira y el aeropuerto obliga a que, en la intersección de las dos rondas, el nuevo túnel tome la calle de Manso, dejando sin uso el ramal hasta el Paral·lel.
Entre Sant Antoni y la estación de Parc Logístic, a partir de la cual la L-2 compartirá vías con la L-9, se contruirán 10.4 kilómetros de túnel entre el barrio barcelonés y Fira 2, se levantarán las estaciones de Poble Sec (enlace con la L-3), Fira 1-MNAC (ya en Montjuïc), INEFC, Foc Cisell (enlace con el ramal de la L-9 que finaliza en el Polígon Pratenc) y Fira 2 (nuevo enlace con la L-9, esta vez con el ramal que finaliza en la T-1). Será, sin embargo, en la estación siguiente, la de Parc Logístic donde las vías se unirán a las de la L-9.
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