lunes, 7 de septiembre de 2009

Cercanías de BCN sufre un retraso de 20 años respecto a las de Madrid


La red catalana supera los 400.000 viajeros al día, los mismos que absorbía la madrileña en 1989. La capital, con líneas modernizadas y solo un 9% más de población, recibe un 25% más de inversión


Es mucho dinero. Un esfuerzo notable del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero el plan Cercanías 2015, por el que el Ministerio de Fomento invertirá en el próximo lustro 4.000 millones de euros en mejorar y prolongar la red metropolitana de trenes, no bastará para poner en solfa un entramado que ha sido persistentemente descuidado por todos los gobiernos en las últimas décadas. Con respecto al típico referente urbano de Barcelona–Madrid puede decirse que las cercanías catalanas se hallan en el punto donde estaban las de la capital española en 1989. En estos 20 años, donde nada o muy poco ha ocurrido en la red de Barcelona, Madrid ha dado un gran salto hacia adelante. Un salto que, al parecer, se quiere continuo pues si el Estado aporta un dineral a Barcelona para su red, la inversión en Madrid es todavía mayor: un 25% más, hasta los 5.000 millones.

Según datos del Ministerio de Fomento, en 1989, es decir, cuando el muro de Berlín aún estaba en pie y Pep Guardiola ni había debutado como jugador del primer equipo del Barça, la red regional madrileña transportaba más o menos los mismos pasajeros que hoy acoge la de Barcelona: 400.000 viajeros al día.

La red capitalina era sostenida por un único túnel por el centro de la urbe, que pasaron a ser dos en 1991. Ese único túnel, entre 1989 y 1991, frente a los dos que tenía Barcelona, era el más congestionado de España, honor que ahora sobrelleva la galería de la plaza de Catalunya, entre otros motivos, porque Barcelona sigue con sus dos conexiones subterráneas.

EXPANSIÓN CONTINUA
En estos 20 años, la red de Madrid ha aumentado en 65 kilómetros su extensión y ha agujereado varias veces el centro de la ciudad. Transporta hoy a 940.000 viajeros al día y, por si fuera poco, su futuro parece esplendoroso. Mientras, en Barcelona, no solo no se ha hecho casi nada, sino que se ha destruido lo ya existente. Ya fuera por la construcción de la Vila Olímpica --la línea del Poblenou--, o por la llegada del AVE a la ciudad --la alta velocidad ocupa las dos vías que antaño eran de Cercanías--, se fueron cerrando entradas y vías de acceso a la urbe. Madrid corrió hacia adelante, Barcelona tiro para atrás. Y no para coger impulso.

El plan Cercanías 2015 para Madrid, con una dotación de 5.000 millones, más otros 600 que pone la comunidad autónoma, prevé una prolongación de la red en 115 kilómetros, un 30%, y eso que en la actualidad, Cercanías Madrid ya da servicio al 89% de los seis millones de habitantes de la región. Se construirán, además, 25 nuevas estaciones, un nuevo túnel por el centro de Madrid --el quinto-- y se cuadruplicarán --un concepto desconocido en Barcelona-- 66 kilómetros de la red. Todo esto por 4.220 millones. Los otros 780 se invertirán en programas de modernización y mejora de la red.

5,5 MILLONES DE PERSONAS
El área de Barcelona tiene 5,5 millones de habitantes. Un 9% menos que la de Madrid. Cercanías da servicio al 75%, 4,1 millones de personas. Transporta a 410.000 pasajeros al día por casi exactamente las mismas vías por donde, en 1989, viajaban 140.000.

Así las cosas, el chorro de dinero que aportará Madrid se repartirá del siguiente modo: 510 millones para modernizar las infraestructuras, un 35% menos que en Madrid o, dicho de otro modo, la capital española recibe en ese concepto el 52% más que la catalana. Un total de 2.540 millones para las nuevas líneas --25 kilómetros-- y duplicaciones de aquellos tramos que, en la sexta región metropolitana de Europa siguen siendo en vía única. En porcentajes, Madrid recibe en este apartado un 40,6% más.

Solo los 950 millones aportados a Barcelona para nuevos intercambiadores superan a la partida equivalente madrileña (650). Quizás porque se destinan 350 millones a modernizar estaciones, algo que, por lo que parece, no es necesario en Madrid. En el 2015, la red barcelonesa, seguirá aventajando ligeramente a la de Madrid en extensión: 492 kilómetros a 478, 14 de diferencia frente a los 104 actuales. Una diferencia que se explica por la condición litoral de la urbe catalana, que solo puede crecer en un arco de 180 grados, y los extremos de su red, por tanto, se hallan más lejanos que los de la madrileña.

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