
A estas alturas del año, los madrileños tenemos la cabeza en otro sitio. Y nos vamos dejando en taxis, autobuses, vagones de metro, o en la mísmisima calle desde armarios hasta básculas de baño, pasando por planchas para el pelo o audífonos. Cualquier objeto es susceptible de olvido. Y si no que se lo pregunten a los funcionarios de la Oficina de Objetos Perdidos de la ciudad, desde donde han dado a conocer lo que descuidadamente nos dejamos durante el mes de mayo en el transporte público.
Entre lo más común, y hasta comprensible, está el dejarse atrás las llaves de casa, la cartera, el monedero con lo poco o lo mucho, las gafas de sol, las bolsas de plástico de la compra, las maletas y bolsas de viaje, el bolso, la mochila, y el indispensable teléfono móvil o el cargador. Igualmente nos olvidamos en cualquier lado la bisutería, el reloj, la ropa que nos sobra o los complementos, la carpeta con los documentos, o la cámara de fotos con media vida. Muy usual también es perder el documento nacional de identidad, el pasaporte, o el permiso de residencia. Sin embargo, lo que no es tan habitual, es abandonar cosas como una bicicleta, un monopatín, el audífono, el bastón, el ordenador portátil, la báscula de baño, un armario , eso sí, desmontado, la plancha para el pelo, una alfombra, la funda de la guitarra o un cuadro.
Si reconoce alguno de estos objetos, puede pasarse de 9 a 14 horas por Paseo del Molino, 7 y 9, y podrá recuperar lo que es suyo, siempre y cuando acredite ser el dueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario