Una nueva agresión a un vigilante de Metro Bilbao rompió el domingo el largo periodo de calma y seguridad que había logrado mantener el suburbano. Un joven de 19 años fue detenido tras golpear, supuestamente, a un miembro de la plantilla de seguridad.
El suceso se produjo sobre las 20.00 horas en el interior de una unidad metropolitana. El vigilante, tras observar un comportamiento inadecuado en uno de los viajeros, se acercó a él y le recriminó por su actitud. Al parecer, el joven estaba molestando a otros usuarios del suburbano y viajaba con los pies apoyados sobre los bancos del vagón. La reacción del chaval fue especialmente violenta. Antes de abandonar el tren, en la estación de San Ignacio, la emprendió a puñetazos contra los cristales de las puertas del convoy. Ante tal actitud, el vigilante quiso identificar al joven.
Fue en ese instante cuando el detenido le propinó varios puñetazos en la cara y le tiró al suelo. Pese a todo, el guarda de seguridad consiguió reducir al agresor y, tal y como establecen los protocolos de Metro Bilbao, solicitó la presencia policial en la estación. En cuestión de minutos, agentes de la Ertzaintza se personaron en San Ignacio para identificarle. Éste, no conforme con lo sucedido hasta ese momento, añadió un nuevo intento de agresión, al resistirse a su detención tratando de golpear a los funcionarios. Fue arrestado acusado de un delito de lesiones, pero también por atentar doblemente contra la autoridad: por su intento de agresión a los ertzainas y también por su ataque al vigilante de seguridad que, tal y como determinaron recientemente dos sentencias judiciales, representa a la autoridad mientras esté en el ejercicio de sus funciones.
«Casos aislados»
El Juzgado de lo Penal número 3 de Bilbao dictó, a principios de este mes, condenas de 3 años y medio, y un año y tres meses de cárcel, respectivamente, para dos agresores que atacaron a dos supervisores en 2007 y 2008. Por primera vez, estos empleados eran considerados la autoridad mientras desempeñan su trabajo.
Desde la dirección de Metro Bilbao, se solidarizaron ayer con el trabajador agredido y celebraron que los protocolos establecidos para estos sucesos funcionaran. «Es un comportamiento absolutamente punible, pero son casos aislados. La gran mayoría de los viajeros son personas cívicas», zanjaron.
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