miércoles, 12 de diciembre de 2007

SCHUMACHER SE HACE TAXISTA

Schumacher pide 'pilotar' un taxi para no perder un vuelo

Michael Schumacher durante unos estrenamientos el pasado 7 de diciembre en Jerez. Foto: MIGUEL ÁNGEL MORENATTI
Foto: MIGUEL ÁNGEL MORENATTI
El hombre estaba alucinado. Es seguro que, en sueños, había imaginado que algún día algún famoso, famoso de verdad, se subiría a su taxi y le diría: "Voy a perder el avión, ¡vuele!".
Y ese día llegó. Tuncer Yilmaz, taxista alemán, fue a recoger a su cliente para acompañarle al aeropuerto de Coburgo. Él llegó a la hora a su cita, pero su cliente se demoró un montón y, además, confundió la hora de salida de su avión camino de un aeropuerto del centro de Alemania.
Cuando la familia apareció en la puerta de su casa, Yilmaz acomodó a la madre y a los niños en el asiento trasero y, cuando fue a abrirle la puerta del copiloto al padre de familia, este le hizo una petición insólita: "¿Le importaría que condujese yo el taxi?". Yilmaz no daba crédito a lo que ocurría y, mientras pensaba su respuesta, el cliente añadió: "No es que no me fíe de usted, es que voy a perder el avión y tenemos una cita importante".
Yilmaz no tuvo más remedio que aceptar. Al fin y al cabo quien le hizo la petición, quien le rogaba conducir (¿pilotar?) su taxi era, nada más y nada menos, que el mismísimo Michael Schumacher, de 38 años, uno de sus ídolos, heptacampeón del mundo de F-1 y, por descontado, el mejor conductor de la historia.
Schumi viajaba con su esposa Corinna Betsch, también de 38 años, y sus dos hijos, Gina Maria, de 10 años, y Mick, de 8. ¿Dónde iban?, iban a adoptar, en un criadero de perros muy especial que hay en una localidad en el centro de Alemania, a otro can que añadir a los cinco que ya tienen. Schumacher, que ya había hecho de jardinero en un anuncio de Fiat tras su retirada, a finales del pasado año de la F-1, ejerció de taxista, eso sí, a gran velocidad, según relató el propio Yilmaz al diario muniqués Abendzeitung.
"De pronto me encontré sentado en el asiento del copiloto con ¡Michael Schumacher! al volante. No me lo podía creer", relató Yilmaz al reportero. "Hizo adelantamientos increíbles y trazaba las curvas a gran velocidad, pero de forma impecable. Ha sido una experiencia inolvidable, increible", terminó diciendo el taxista alemán, que, además de cobrar su carrera, recibió 100 euros de propina por parte del heptacampeón, cuya fortuna personal está valorada en 595 millones de euros, casi 100.000 millones de pesetas.
el periódico de catalunya

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